El partido del año

El partido del año
A un día del primer aniversario de su regreso a River, Ramón necesita ganar para evitar su peor campaña en el club y que el equipo mejore la imagen futbolística.

No define un campeonato. Tampoco la continuidad del entrenador. Ni siquiera está en juego la clasificación a una Copa. Pero es el partido del año. El partido del año de Ramón Díaz.

La descripción es literal, porque mañana se cumplirán 365 días del regreso oficial del Pelado a River. El 9 de diciembre del año pasado, el técnico más ganador de la historia del club iniciaba su tercer ciclo en el banco de su segunda casa: en San Juan, frente a San Martín, con un triunfo por 2 a 0 con goles de Manuel Lanzini y Carlos Sánchez. El impulso pasional y anímico que provocó su vuelta fue acompañada por la mejor producción de River desde la vuelta olímpica del 2008 y entusiasmó a los hinchas con repetir las alegrías de los mejores tiempos. Hoy, todo ese fervor e ilusión que había despertado atraviesa un profundo letargo, producto de malos resultados y de un nivel futbolístico nada acorde a los equipos de Ramón. Por eso, el duelo de esta noche ante Quilmes no un mero trámite de cierre de torneo.

Son días difíciles para Díaz, porque ya no es tan intocable para la gente y el nuevo presidente (Antonio Caselli o Rodolfo D’Onofrio) le hará rendir cuentas apenas asuma. El Pelado no sólo necesita sumar los tres puntos y gritar varios goles para evitar su peor campaña como DT en Núñez (ver aparte). También debe maquillar la horrible imagen futbolística de este semestre. Porque si bien después del triunfo de carambola ante Argentinos descartó la posibilidad de evaluar su continuidad a fin de año, hoy no le alcanza con la actitud. No pretende únicamente huevo, huevo, huevo ante el equipo de Blas Giunta: quiere juego, juego, juego.

“Estamos en deuda con los hinchas”, no se cansa de repetir luego de quedar eliminado de la Copa Sudamericana y despedirse del Inicial demasiado temprano. Está herido porque no acertó con sus decisiones de liberar a Trezeguet para ponerle todas las fichas ofensivas al crack Teo Gutiérrez, confiar demasiado en Carbonero e incorporar jugadores con influencias afectivas que no le dieron resultado: Fabbro, Ferreyra y Menseguez.

No hay incertidumbre sobre su futuro, al menos por decisión propia. Mañana Ramón cumplirá aniversario y hoy se despide hasta el 2014 con pequeños indicios de su próximo River, con Vangioni de volante. Es el partido del año. Feliz año nuevo.

Comentá la nota