Es la vecina que nadie quiere saludar, que nadie quiere mirar, con la que nadie quiere convivir, pero que siempre está allí, transitando por las calles. A algunos habitantes de la ciudad los obliga a cerrar puertas y ventanas para evitarla, aunque si sale el sol y hace calor es imposible olvidarse de ella. Todos los días el agua servida brota en algún barrio de la capital y mientras el problema se soluciona en un punto, el líquido pestilente surge en otro lado. Tanto es así que el 40% de los reclamos que recibe la Sociedad Aguas del Tucumán (SAT) están vinculados a desbordes cloacales, según estimaciones de la propia empresa.
Entre esos malos usos, el directivo detalló que los conflictos aparecen cuando roban las tapas de las bocas de registro y, con el hueco al aire libre, los vecinos arrojan basura, provocando taponamientos. “En la avenida Salta, por ejemplo, suele haber problemas porque hay muchos edificios en construcción: los obreros lavan las herramientas con cemento y esa mezcla va a parar a la red cloacal. También en las zonas donde hay muchos bares se producen taponamientos con grasa”, enumeró.
En algunos puntos de la provincia, la SAT reemplazó las tapas de hierro fundido -una tentación para los “revendedores”- por tapas de hormigón. En otros casos, han optado por soldar las tapas, aunque ello implique un trabajo extra cuando hay que reemplazarlas para trabajar en la red.
“En algunos barrios los vecinos se han comprometido y denuncian los robos de las tapas, porque saben que el problema después lo sufren ellos”, destacó López. Una forma de prevenir colapsos es llamar, apenas se note que falta una tapa, al 0810 8888 728.
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