Kolodziey determinó que “el arresto de Rosa, que estaba procesado por falso testimonio, podría ayudar a esclarecer los puntos oscuros que aún hay en la causa” aunque reconoció que “podría usarse para dilatar la elevación a juicio”.

Alfredo Kolodziey, padre de Tatiana que fue asesinada el año pasado, en una foto de archivo de NORTE.

“Me sorprende que recién ahora lo arrestaran siendo que estaba escondido en un lugar tan próximo, me llama la atención que antes no pudieran dar con el paradero de este delincuente”, relató.

Kolodziey dijo que tanto este arresto como la huida de Rosa le generan sospechas. Para él no es posible que la fiscalía no tomara medidas de seguridad para evitar que huyera sabiendo que era un peligroso delincuente. “Le ordenan a un policía que lo arreste, fácilmente lo dominó, se subió a su moto y se fue, lo dejaron ir”, comentó.

Una luz de esperanza

El padre de Tatiana mencionó que al mismo tiempo este arresto podría permitir avanzar con la causa sobre todo la parte que aún no se pudo resolver, como el famoso teléfono celular que tiene un historial de varios cadáveres como si se tratara del número o el aparato de la muerte.

Kolodziey volvió a sostener que hubo otras razones que motivaron a los autores materiales o intelectuales terminar con la vida de su hija. “Posiblemente sabía algo, hay muchas cosas que fueron ocurriendo antes y después de su muerte que nunca fueron investigadas”, sostuvo.

Mencionó que “hasta este caso el remisero y exconvicto Juan Ernesto Cabeza no era un asesino, en cambio tenía antecedentes de violación. Cuando Rosa sí era un homicida consagrado”.

Finalmente señaló que la ausencia de justicia le provoca una revictimización constante porque la Justicia aún no pudo resolver este caso por la propia ineficacia de los funcionarios federales y provinciales.