Sin embargo, en los Tribunales Federales de Córdoba la cuestión parece exceder los reclamos de mayores recursos que formuló la Corte Suprema de Justicia para poder funcionar con la celeridad reclamada por el poder político. Se trata de crispaciones internas y el vendaval avanza sin medida ni remedio.

Un fiscal denunció a un vocal de Cámara adjudicándole "complicidad con los militares y policías ejecutores del terrorismo de Estado". El mismo Tribunal acaba de asestar un duro revés al representante del Ministerio Público, al punto de dejarlo al filo de la remoción de su cargo.

Los protagonistas de esta cruzada, el fiscal José Fabián Asís y el vocal Carlos Otero Álvarez, forman parte, cada uno desde sus roles, del juicio que se ventilará en unos meses a Luciano Benjamín Menéndez y a otros represores en la causa "Albareda". Las discrepancias apuntadas adquieren, entonces, una gravedad mayor.

Con todo, la avanzada de Asís y la descalificación en seco que le hizo la propia Cámara desnuda una convivencia compleja entre algunos habitantes de la sede tribunalicia del Parque Sarmiento. No es ajena a este escenario templado la situación de magistrados que están denunciados ante el Consejo de la Magistratura.

Otero Álvarez ya había sido cascoteado por el mismo tema durante el juicio que en 2008 terminó con la primera condena a Menéndez. El magistrado no intentó nunca una aclaración pública sobre su pasado como secretario penal del ya fallecido juez Adolfo Zamboni Ledesma. Quizá su silencio contribuyó para alimentar las sospechas.

El inminente aniversario quedará teñido por las peleas nunca zanjadas entre el Gobierno y la Justicia... y por las internas en Tribunales.