Newell's puso primero el fútbol y después lo mantuvo con el corazón

Newell's puso primero el fútbol y después lo mantuvo con el corazón

Newell’s ratificó la remontada venciendo a Tigre de visitante en Victoria por 2 a 1 y así potenció sus chances de meterse en la próxima edición de la Copa Sudamericana.

Newell’s encontró su norte. Y comenzó a acomodar su andar. Lo inició hace una semana con San Lorenzo, en el Coloso, y lo ratificó ayer con Tigre, en Victoria. Volvió a ganar mostrando su fútbol por momentos y siendo luchador en otras ocasiones. Se calzó el traje para lucirse, como lo hizo en el primer tiempo, y se arremangó para defender el triunfo en el complemento cuando el Matador quería la igualdad. Y consiguió su objetivo de “meter” el segundo triunfo consecutivo para encaminar la nave hacia la clasificación a la Copa Sudamericana.

  Newell’s buscó marcar el territorio desde el inicio y a partir de ahí manejar el juego. Sentó las bases y tomó posesión de la pelota a partir del traslado colectivo y seguro. De esa forma comenzó a bombardear a García. Primero fue Figueroa, pero el uno del Matador tapó bien. Después fue Tevez y otra vez el arquero estuvo activo. La Lepra supo lucirse y tener un fútbol de alto vuelo como lo hizo en otras ocasiones en el torneo, lo que simplificó su andar en esta etapa.

  Tigre aguantaba e intentó contestar a través de Wílchez con un disparo al tejido. Y la Lepra iba. Tocaba, buscaba los espacios y trataba de romper la defensa local. Hasta que en el cuarto de hora Tevez probó otra vez las manos de García y el rebote lo tomó Maxi para definir con simpleza con un disparo fuerte y rasante. A pesar de la ventaja las intenciones leprosas de protagonismo permanecieron inalterables. Sabiendo que se mostraba superior. Por eso Bernardi estuvo ahí nomás de marcar un gol en los últimos partidos de su carrera futbolística.

  El local tuvo la suya y aprovechó el juego aéreo. Casco disputó una pelota en el aire, la quiso cabecear para atrás, rebotó en el poste y Arzura estableció la igualdad transitoria. Demasiado premio por lo poco que había hecho hasta ese instante. El golpe no opacó ni le puso freno al rojinegro, que siguió mirando fijo el arco del Matador.

  Maxi otra vez apareció en acción probando los reflejos de García, que reaccionó bien mandando la bocha afuera. Y en la jugada siguiente Fernández bajó la pelota para que López la tocara con la punta del botín hacia el fondo de la red. Un 2 a 1 que a esa altura se justificaba por la propuesta y lo hecho por el equipo de Raggio.

  Otro partido fue el complemento. Porque Newell’s se quedó rápidamente con un hombre menos por la expulsión de Casco y después perdió al Coty Fernández por lesión. Y la pelota quedó en poder del Matador, que no supo qué hacer. Sus intenciones se diluían por la impericia propia y la respuesta leprosa.

  Tigre quería, pero no tenía ideas. Si bien la pelota estaba en poder de los de Alfaro, los intentos por vulnerar a un seguro Ustari se desvanecían por la poca eficacia. A tal punto que la primera ocasión de real peligro en esa etapa se produjo con el uñazo de Godoy a los 34’. Y en la jugada posterior el colombiano Rincón abolló el travesaño.

  Newell’s se paró atrás para defender la diferencia hasta a los manotazos, como el de Ortiz sobre Blengio que originó el reclamo de penal que el árbitro Pompei —que dirigió caminando la cancha— no vio y, por ende, no sancionó. Y así la Lepra cantó victoria en rodeo ajeno, se ilusiona con la Sudamericana y Raggio respira tranquilo. Lo hizo con fútbol, pero también con sacrificio y corazón.

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