Tras la denuncia de dos ediles de San Martín, se comprobó que el agua detectada en algunas tumbas proviene del riego por aspersión y no de alguna clase de filtración en el suelo.
El Concejo Deliberante de Junín, después de que dos ediles radicales de San Martín denunciaran que habían detectado tumbas anegadas en un cementerio parque de Orfila y que temían que hubiera un serio riesgo de contaminación de las napas de las cuales se provee de agua potable al departamento gobernado por Jorge Giménez, decidió obrar de oficio y pidió la intervención de un técnico de Irrigación. El experto dijo que ese peligro no existe y que el agua descubierta en las tumbas es producto del riego por aspersión.
La respuesta del ingeniero agrónomo Gonzalo Ortiz Maldonado llevó algo de tranquilidad, especialmente a los deudos de los que han sido inhumados allí, algunos de los cuales habían solicitado la apertura de los sepulcros para constatar, como lo hicieron, que no había agua allí.
“Decidimos obrar de oficio ante la denuncia y que generó una gran preocupación”, dijo el edil UCR David Sáez, presidente del Concejo de Junín. Esa denuncia la habían hecho días atrás sus correligionarios y colegas sanmartiniamos, Omar Abdo y Alfredo Lafferriere, quienes elevaron un proyecto para que el Concejo le pidiera a su par de Junín que analizara la situación del cementerio parque La Paz de los Olivos, donde Abdo y Lafferriere habían detectado tumbas inundadas.
Antes de que llegara ese pedido de un cuerpo al otro, los juninenses convocaron a Ortiz Maldonado y lo acompañaron a realizar una inspección. “Se realizaron 6 pozos de observación de 4 metros de profundidad y 10 centímetros de diámetro, construidos con pala barreno”, alrededor de los nichos inundados, indicó el ingeniero en su informe. Luego habló de la “inexistencia de aguas freáticas en todos los pozos construidos”, acotó que “la laguna artificial no tiene influencia, al menos significativa” en la recarga de las napas y sostuvo: “El origen de las aguas en los nichos abiertos e impermeabilizados son motivo del accionar del sistema de riego por aspersión que se realiza diariamente y cuyas aguas precipitan dentro de los mismos”.
Además, el experto de Irrigación le indicó a Diario UNO: “Hay una red freatimétrica que opera desde 1985, realizándose cuatro mediciones por año (marzo, junio, setiembre y diciembre). Por lo tanto, esta serie extensa de mediciones les confiere a los datos mayor grado de certidumbre”.
A esto agregó que la zona donde está este cementerio no tiene riesgo de que la primera napa llegue al nivel de las tumbas. En cambio, calificó de “áreas críticas” y no recomendables para que haya cementerios, las zonas de Montecaseros y Buen Orden, donde la primera napa llega a estar apenas a 1,50m de profundidad.
Los ediles sanmartiniamos que dieron el alerta aceptaron esta explicación, pero no se quedaron tranquilos, ya que dicen dudar de que el agua por lluvia o riego que entran a los nichos no escurra hacia las napas inferiores y las contamine.
“Eso es imposible, porque hay capas de arcilla que impermeabilizan y aíslan las napas”, dijo el ingeniero Jorge Sosa, legislador provincial de Junín, quien colaboró. “Si existiera ese riesgo de contaminación, todas las napas ya se hubieran contaminado por la infinidad de pozos sépticos que hay en toda la provincia cuya contaminación es más riesgosa que la que produce un cementerio.
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