Murió el dueño de un histórico restaurante de Gran Mendoza

Murió el dueño de un histórico restaurante de Gran Mendoza

Se trata de Mario Juan Ferrari, o simplemente don Mario. Tenía 86 años. Fue el artífice de míticos restoranes y de la tradicional parrillada que lleva su nombre.

Se llamaba Mario Juan Ferrari. Sin embargo, todos lo conocían por don Mario. Su fama lo precedió, ya que aún sin jamás haberlo visto personalmente, son pocos los mendocinos a los que no se les hace “agua la boca” ante la sola mención de su nombre, al que inequívocamente asocian con un portentoso bife de chorizo o un costillar asado en su punto justo.

Es que don Mario, a lo largo de sus más de 55 años en el mercado gastronómico de la provincia hizo de su parrillada una marca registrada. Este santafesino con ascendencia italiana tenía 86 años y trabajaba a diario en sus dos restoranes homónimos, uno en Dorrego y el otro en Palmares.

Se mudó a Mendoza muy joven, cuando vino a hacer el servicio militar. Su papá era un inmigrante italiano que se dedicaba a la construcción, y Mario Ferrari era apenas un chico cuando debutó como mozo, acompañando en el trabajo a su hermana y a su hermano mayor, que tenían un hotel.

“Ahí fue donde aprendí gastronomía. Yo era el menor. Después un señor me propuso ir a Carlos Paz, en Córdoba. Trabajé varios años de mozo en un hotel de la firma Coda Cervantes Compañía, y también en el Grand Castell Hotel, donde fui chef de fila, que vendría siendo como jefe de personal. Siempre he sido muy observador y aprendía rápidamente”, rememoraba el mismísimo don Mario a Diario UNO en 2008.

En nuestra provincia conoció a quien sería su esposa, formó su familia y creó numerosos restoranes que marcaron diferentes épocas. Como el por muchos recordado Don Ángelo, en la calle Lavalle,que se caracterizaba por sus buzecas y guisos de lentejas. Por allí pasaron célebres figuras de la farándula nacional como el recordado actor Tito Luciardo y Julio Sosa, a quien don Mario, amigo y anfitrión, llevaba en su auto a cantar tango a los clubes vernáculos.

Incluso, el por entonces presidente argentino Arturo Illia entró a Don Ángelo a felicitar al cocinero. Mario Ferrari dio vida al también reconocido Boccadoro, en el que permaneció 25 años hasta venderlo, mucho antes de que se incendiara, y a la parrillada Don Mario, en la ya clásica y concurrida esquina de Dorrego.

Más tarde, a finales de los ’90, inauguró otra sucursal en el centro comercial Palmares, donde no es extraño ver a extranjeros ávidos por deleitarse con el renombrado “asado argentino”.

Comentá la nota