Los municipales de Tandil definen los pasos a seguir frente a la avanzada de Moyano

El líder de la CGT ya consiguió la renuncia de 30 de los 41 miembros del Consejo Directivo que también integra Roberto Martínez Lastra, quien con otras representaciones del interior de la Provincia se reunirá mañana en Saladillo para definir una estrategia.
La avanzada del líder de la CGT en los distritos del interior de la Provincia, como Tandil, atraviesa en las próximas horas por una instancia crucial a partir de su decisión de controlar la poderosa Federación de Trabajadores Municipales que hasta hoy conduce el diputado del peronismo disidente Alfredo Atanasof.

En efecto, Hugo Moyano está cada vez más cerca de conseguir el control total de los sindicatos municipales de la Provincia: 30 de los 41 miembros del consejo directivo de la Federación.

De este modo, buscan que se declare acéfala la conducción del gremio para forzar la convocatoria de un congreso extraordinario que elija nuevas autoridades.

El pedido de renuncia también llegó al escritorio de Roberto Martínez Lastra, secretario general del Sindicato de Trabajadores Municipales de Tandil y miembro del consejo de conducción de la Federación.

Sin embargo, el tandilense, aún no definió su postura y por esa razón, mañana participará de un encuentro de municipales en la ciudad de Saladillo, de la que también participarán representaciones de Mar del Plata, Necochea, Juárez y otros distritos de la región.

De todos modos, desde Tandil, se sostendría la necesidad de que la actual conducción finalice su mandato -para luego dar lugar a una nueva- en contraposición a la postura del moyanismo, que va por la acefalía para alzarse con la dirección de la Federación: Atanasof había tomado licencia a su cargo en la Federación pero debió reasumir buscando evitar la corrida en ciernes.

La Federación bonaerense que Atanasof conduce desde hace dos décadas está nucleada en la CGT -a través de la Confederación de Obreros y Empleados Municipales de Argentina (COEMA) que lidera Amadeo Genta- pero el dirigente no comulga con moyanistas ni kirchneristas, postura que explica la presión interna para desplazarlo.

Ya en 2004, Atanasof había sufrido su primera sangría: una facción liderada por los ex-diputados Carlos Sluga y Rubén “Cholo” García se escindió y formó la Federación de Sindicatos de Municipales bonaerenses (Fesimubo) que hoy tiene mayor número de afiliados que el gremio madre y desde diciembre pasó a formar parte de la CGT, bajo el ala de Moyano: la Fesimubo, ya colocó carteles en nuestra ciudad semanas atrás y algunas sospechas indican que las roturas y pintadas en el frente del STMT semanas atrás, serían de su autoría.

De este modo, si consigue descabezar la conducción de Atanasof, Moyano obtendrá el alineamiento sin fisuras de las dos federaciones que nuclean a los trabajadores municipales de la Provincia.

El dato preocupa a muchos sectores dirigenciales del interior bonaerenses, que escuchan las quejas de los intendentes que ya deben desembolsar sumas millonarias por el sistema de recolección de basura que maneja Covelia, la empresa vinculada a Moyano y a la que fue adjudicado por el gobierno de Scioli el almacenamiento y la distribución de los planes sociales «Más Vida», en Tandil y otras 10 ciudades del interior de la Provincia.

Ante la embestida, las comunas temen que también las protestas de los municipales puedan transformarse en otra herramienta de presión en manos del líder de la CGT.

A todo o nada

La nueva facción disidente está dispuesta a ir más allá y encabezada por Oscar Ruggiero, secretario adjunto de la Federación de municipales, el sector díscolo busca directamente desbancar a Atanasof, a quien por otra parte viene reclamándole la renuncia con insistencia.

Según aseguran fuentes gremiales, el 75 por ciento del consejo directivo de la Federación presentaría las renuncias masivas en sus sindicatos que ya presentaron el 31 de agosto ante escribano público y próximamente ante el Ministerio de Trabajo nacional.

Desde el bando de Atanasof ya advirtieron que darán una dura pelea: el estatuto establece también que mientras no se convoque al congreso la conducción no podrá tocarse.

Los díscolos acusan a Atanasof de “politizar” el gremio, dicen que “prioriza sus ambiciones personales” y se quejan porque éste “se niega a realizar reuniones del consejo directivo para no hacer frente” a sus reclamos.

Mañana, Roberto Martínez Lastra y otras conducciones de la Provincia decidirán en Saladillo si se resisten a la embestida moyanista o acceden a abandonar la conducción de la Federación, que finalmente, quedará en manos del líder de la CGT.

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