Muchas peleas y cruces, pero todo sigue igual

Muchas peleas y cruces, pero todo sigue igual

Los debates de la política local, como también viene ocurriendo desde hace años en el país, no suelen llegar a buen puerto.

De hecho, lo más preocupante es que los cambios, basados en planes o ideas que se pregonan a los cuatro vientos, suelen quedar en el aire por claras trabas y obstáculos de quienes no son afines a la gestión de turno. Por eso, llama la atención que la dirigencia mendocina no pueda hacer un parate tajante y sentarse a debatir seriamente cuestiones básicas y que hacen a las necesidades y demandas de la población, sobre todo en momentos de crisis y tensión social.

Lamentablemente, es un historial de peleas, cruces, declaraciones altisonantes y rencillas internas por el poder que quedan en saco roto. Esto tiene una consecuencia para la sociedad: todo sigue igual.

Así, a pesar de algunos buenos intentos o de logros aislados en materia de obra pública y desarrollo, la realidad indica que la provincia se encuentra prácticamente sin grandes avances en los últimos 15 años.

De ahí la importancia de que la mesa de diálogo sea abierta, constante y seria, con un compromiso de peso, para que las mejores propuestas, pensando en el futuro de todos los ciudadanos de esta tierra, tengan un efecto y un resultado superador. Para encontrar salidas, no hay otra forma de hacerlo que reflexionando, estudiando y diagnosticando lo que hace falta de fondo.

No es cuestión de endeudarse en dólares o de pedir mayor financiamiento sin un norte claro, pero, menos aún, la negación por deporte. Por eso, quienes tienen que promover el cambio siguen en deuda con quienes los votan.

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