"El monitoreo de los volcanes no es sentarse y contar terremotos"

"El monitoreo de los volcanes no es sentarse y contar terremotos"
El vulcanólogo Alberto Caselli insistió en la importancia de la instalación del equipamiento de sismología para monitorear el volcán Copahue. Consideró "excelente" la evacuación en Caviahue.
Analiza la composición del magma (roca fundida) en la erupción de 2012, que no marcaría que a posteriori puediera darse un evento con mayor explosividad.

Neuquén > “El Copahue es un volcán activo y hay que estar atento, va a dar sus avisos, así que en eso estamos trabajando”, aseguró el vulcanólogo Alberto Caselli, horas después del retorno de los 600 pobladores de Caviahue que permanecieron diez días evacuados en las localidades de Las Lajas y Loncopué, debido al alerta rojo establecido por el gobierno provincial por la actividad sísmica del macizo.

En diálogo con La Mañana de Neuquén, el especialista de la Universidad de Río Negro reiteró la importancia del monitoreo del volcán Copahue, cuya última erupción fue en diciembre de 2012, pero también de los otros macizos como el Lanín, Peteroa, Tupungatito y San José.

Para Caselli, el monitoreo de volcanes a través de una estación sísmica sigue siendo una "asignatura pendiente" que tiene la provincia, porque “detrás de todo eso hay un proceso de investigación y de entendimiento de las señales del volcán que si se interpretan mal uno puede cometer errores".

El especialista contrastó esta situación con lo que ocurre en Chile, donde el Observatorio Vulcanológico de los Andes del Sur (Ovdas) cuenta con dos estaciones en el volcán Copahue sobre territorio chileno.

“El monitoreo de los volcanes no es sentarse y ponerse a contar terremotos”, afirmó Caselli, quien señaló que en muchas partes del mundo esa tarea la llevan adelante las universidades o se realiza en forma conjunta con las universidades. "Y esto en Argentina es algo que debería tomarse en cuenta”, subrayó.

Luego de ordenarse el 27 de mayo el alerta rojo por una posible erupción del Copahue que una semana después tanto Chile como Neuquén bajaron a naranja y amarillo, respectivamente, las señales del macizo "eran mucho mayores, y eso fue interpretado por el Ovdas como un tipo de actividad diferente al que se había producido en diciembre de 2012, donde no hubo precursores que son señales sísmicas que preceden a las erupciones", explicó Caselli. Y agregó que "la erupción no tuvo prácticamente precursores; al menos no fueron detectados. En este caso, el Ovdas planteaba que estas señales eran muy distintas a las de diciembre de 2012, por lo que se planteaba que podía haber una erupción de mayor magnitud a la del año pasado".

El miércoles, cuando los 600 pobladores de Caviahue regresaron a sus hogares luego de permanecer evacuados, Caselli junto a un grupo de especialistas precisó que "la emisión de gases había bajado notablemente, estábamos cerca de 80 eventos por hora, o sea que bajó muchisimo".

Hipótesis

Una de las hipótesis que maneja Caselli sobre el comportamiento del Copahue se focaliza en la composición de magma (roca fundida) cuando fue la erupción de diciembre, "que no marcaría que después de eso pudiera haber algo de mayor explosividad como plantean los informes del Ovdas. Es raro porque primero vienen esos magmas de mayor explosividad y después, a lo sumo, algún otro magma parecido. Debemos investigar cuál de esas hipótesis es la que mejor funciona", explicó.

Actualmente se trabaja en la colocación de equipos de sismología para poder hacer el monitoreo conjunto entre ambos países. Comentó que se está tratando de mejorar algunos equipos que tenían disponibles, pero que no eran suficientes para la transferencia de datos.

“Las autoridades chilenas se comprometieron a ayudarnos en los equipos y ponerlos del lado argentino, lo que será de gran utilidad para resolver las hipótesis que se están planteando respecto al tipo de erupción que se espera del volcán”, agregó el vulcanólogo.

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