Mendoza sigue esperando su Catedral

Mendoza sigue esperando su Catedral
Es la única provincia del país sin iglesia mayor. La antigua se cayó con el terremoto de 1861 y desde 1934 la sede provisoria es Loreto. El Arzobispado ya tiene un anteproyecto de edificio para construir, pero falta la plata. Los detalles de la obra.

Mendoza es la única provincia argentina que no cuenta con una Catedral, ya que el terremoto de 1861 destruyó la que se encontraba en lo que hoy es el Área Fundacional. Luego se empezó a construir una en la Ciudad Nueva, frente a plaza Independencia, pero se demolió y se destinó el terreno a otra finalidad. Por eso, cuando en 1934 llegó el primer obispo, José Verdaguer, designó como sede provisoria a la iglesia Nuestra Señora de Loreto, hasta que se concretara la construcción de un edificio propio.

Con la intención de saldar esa antigua deuda con la comunidad católica, el Arzobispado encargó la realización de un anteproyecto para erigir la Catedral, que estará dedicada al Cristo Redentor. La edificación se ubicará en un terreno en el Parque Central, frente a la Nave Cultural. Sin embargo, aún resta conseguir la cesión de una fracción de ese predio y reunir fondos para concretar la obra.

El arzobispo de Mendoza, monseñor José María Arancibia, explicó que cuando vienen turistas y quieren visitar la catedral mendocina, se los conduce a Nuestra Señora de Loreto. Pero los visitantes, indicó, se sorprenden por lo pequeño del edificio en comparación con el tamaño de la ciudad (en realidad, el Gran Mendoza), ya que apenas puede albergar a unas 500 personas, entre sentados y de pie. Entonces, se les explica que hace más de 70 años que es una sede provisoria. Por otra parte, para eventos multitudinarios, como el Tedéum, se debe recurrir a otros templos, generalmente San Francisco.

El proyecto

Un avance muy importante se logró en 1998, cuando se le cedió al Arzobispado un terreno de 6 mil metros al norte de calle Maza en Capital, entre España y 9 de Julio (ver aparte). A partir de eso, en 2005 se llamó a un concurso de ideas, del que participaron 26 estudios de arquitectura, pero no se llegó a una propuesta que cumpliera con las expectativas.

Es que el predio es relativamente pequeño para una catedral; se encuentra frente a la Nave Cultural y está previsto que en el entorno se construyan torres de departamentos, por lo que debe ser un edificio que no se pierda entre los edificios; y debe tener líneas modernas, para armonizar con las nuevas edificaciones que lleguen, pero que también sea reconocible como un templo católico.

El anteproyecto que en 2010 se encargó al estudio de arquitectura Paoletti/Bocanegra, con el asesoramiento de un equipo de sacerdotes y arquitectos, cumplió con estos objetivos.

Para resolver el problema de la disponibilidad de superficie, la catedral tendrá dos niveles: una planta inferior, subterránea, y una superior. De esta manera, fue posible dejar un atrio principal de 28 metros de profundidad y 80 de ancho, y otros laterales. En el patio norte se ha pensado crear una galería donde se representarán los misterios de la vida de Cristo, con murales en los que se podrá apreciar el nacimiento de Jesús, su labor como predicador, la última cena y el calvario, para terminar el recorrido en una imagen del Cristo Redentor.

Para más de mil personas

El edificio está estructurado en torno a cuatro torres, una en cada esquina, que representan a los evangelistas y tienen 30 metros de altura, excepto la del campanario, que alcanzará los 45 metros. Estas columnas crearán habitáculos de 6 metros por 6, que en la planta inferior se utilizarán como depósitos y anexos de la sacristía, mientras en la superior albergarán el baptisterio (torre de San Mateo), el sagrario (San Juan), los confesionarios (San Mateo) y la imagen de la Virgen (San Lucas).

En la planta inferior se ubicarán un auditorio con capacidad para 130 personas y una capilla para 120, como también 4 aulas, servicios sanitarios y un pequeño museo sacro-cultural en un pasillo que conduce al mausoleo de los obispos (aquí se trasladarán los restos de los cuatro sepultados en la Iglesia de Loreto).

En la planta superior estará la nave principal, con capacidad para 1.200 personas, y un amplio presbiterio con iluminación cenital (desde arriba, a través de una abertura vidriada) y lateral, con vitreaux en los muros laterales. De hecho, los muros tienen rajas o hendiduras que jerarquizan las cuatro columnas y en los que se colocarán vitrales para permitir la entrada de la luz natural en el día y proyectar hacia afuera la artificial durante la noche.

En total, las dos plantas, junto con un anexo de servicios en el costado sureste, alcanzan los 4.290 m2 cubiertos. El arquitecto Rafael Cocuzza manifestó que se trata de una propuesta de concepción modernista y sobria, aunque destacó que se trata del anteproyecto y podría haber modificaciones cuando se plasme el proyecto ejecutivo.

En tanto, monseñor Arancibia planteó que para levantarlo será imprescindible el compromiso del pueblo mendocino, ya que no cuentan con financiamiento, pero subrayó que lo importante es no olvidar que Mendoza necesita su Catedral.

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