El acusado por dos homicidios llegó ayer a la madrugada y quedó alojado en el alcaidía de la Dirección General de Investigaciones. Su destino será la unidad de máxima seguridad del penal de Villa Urquiza.
La Policía lo definió como uno de los delincuentes más peligrosos sobre los que pesaba un pedido de captura. Tripoloni había sido detenido en 2007, acusado de ser uno de los autores de los disparos que mataron a Ramón Fernando Paz, el dirigente vial.
El 19 de septiembre de ese año, cuando se desarrollaba una asamblea extraordinaria, en las afueras de la sede gremial (en avenida Mitre y San Martín) dos facciones sindicales se enfrentaron. En ese marco murió Paz.
Tripoloni fue detenido unas semanas más tarde, junto a Eduardo Dante "El Loco" Ale, otro de los acusados. Debía haber sido alojado en el penal de Villa Urquiza, pero los problemas de cupo en el servicio penitenciario obligaron a la Policía a tenerlo detenido en la comisaría de Tafí Viejo.
El 10 de diciembre de 2008, Tripoloni estaba por ser trasladado a un hospital por una supuesta dolencia estomacal. Al sacarlo de la celda de la comisaría, le pidió permiso al cuartelero para ir al baño. El policía aprovechó para registrar en la guardia lo que iba a ser la salida del preso, y Tripoloni aprovechó para escapar.
Una nueva acusación
El paradero del hombre era desconocido por la Policía. El 1 de julio de 2009, el jubilado Benito Rocha fue ejecutado en su casa de San Cayetano por un presunto ajuste de cuentas.
El hijo de la víctima declaró y dijo que la persona que le había disparado a su padre era Tripoloni. El hombre volvió a escena, pero la Policía tampoco pudo seguirle el rastro, hasta el 1 de enero.
La Policía cordobesa había recibido el dato de que Tripoloni se encontraba residiendo en esa provincia. El martes de la semana pasada, simulando ser turistas, lograron acercarse al prófugo. Estaba en un Fiat Uno con tres mujeres, en Villa Carlos Paz. Tenía un documento falso, y cuando lo detuvieron afirmó que tenía contactos políticos y con "los Ale", según comentaron los policías que llevaron adelante la detención.
Un operativo especial
Una comisión viajó a Córdoba para iniciar los trámites para su extradición. El jefe de Policía, Jorge Racedo, coordinó el traslado. Los policías querían evitar que allegados a Tripoloni sorprendieran a la comisión en el camino, y de esa manera lograra escapar nuevamente. También se adoptaron medidas especiales para su alojamiento provisorio en una dependencia policial.
Durante las siete horas de viaje, Tripoloni apenas habló. La comisión casi no hizo paradas. Al llegar a la alcaidía de la Dirección General de Investigaciones, bajó con una capucha para no mostrar su rostro. Su próximo destino es la unidad de Máxima Seguridad, en la que casi no hay cupo. Sin embargo, el ministerio de Seguridad Ciudadana ordenó que se arbitren las medidas para que el alojamiento se cumpla lo antes posible.
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