Mariano Mastromarino, en el nombre de la historia

Mariano Mastromarino, en el nombre de la historia

Del volante central que jugaba en las divisiones formativas de Alvarado, que “corría y corría”, al atleta marplatense que puso a la Argentina entre los tres mejores del Maratón en Toronto 2015. Una histórica medalla de bronce que debió esperar 54 años.

De aquel diminuto futbolista que jugaba de volante central en Alvarado y, según él, “corría para todos lados”, al mejor atleta marplatense por estos años. Así fue el cambio de Mariano Mastromarino, hoy en día dueño de una histórica medalla de bronce en los Juegos Panamericanos de Toronto.

Todavía no caemos, no nos damos cuenta de lo que logramos. Fue una carrera muy trabajada y muy pensada”, fue su primera expresión una vez de vuelta a su Mar del Plata natal.

Tras la inmejorable perfomance en el Maratón (ante un intenso calor), el deportista de 32 años habló con Deporte Continental (de lunes a viernes, de 12 a 13, por FM 94.1) y explicó los motivos de su logro. También de su próximo desafío: clasificar a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016.

“El trámite fue más duro porque fuimos a Toronto con la idea de un circuito y nos encontramos con otro totalmente distinto, sumado el clima: mucho calor y mucha humedad. De hecho, muchos atletas no lo soportaron y tuvieron que abandonar. No pudieron aguantar el ritmo. Nosotros pensamos una carrera y terminamos haciendo otra totalmente distinta. Por eso fue más largo”, dijo y agregó: “Fue más cabeza y fuerza que otra cosa”.

-¿Cuál fue la clave?

-La técnica de la carrera. La pensamos muy bien. Con Leo decidimos mantener un ritmo lento en los primeros 20/25 kilómetros. Es más, pasé último en la primera vuelta. Leo me miró y me preguntó si venía bien. En la segunda vuelta empecé a escalar algunas posiciones, pero tampoco pasé a muchos. Pero después sí comencé a repuntar, a tomar más ritmo.

-¿Sentiste la adversidad en algún momento?

-No al extremo de pensar “uy, no llego”. Siempre me sentí bien. Mantuve un ritmo que me permitió pensar que podía culminar la carrera. La competencia tuvo cuatro vueltas de 10 kilómetros y otro tramo de 2 kilómetros. En la tercera vuelta se me cruzó que iba a ser difícil levantar el ritmo y acortar distancia con los de adelante. Pero no más que eso. Estaba muy confiado, con mucha fuerza. En la cuarta vuelta me di cuenta que tenía resto, que podía buscar el cuarto puesto, pero al final pasé al mexicano y me quedé con la medalla de bronce.

-Cuando ganaste el Maratón en Buenos Aires te confundieron con un infiltrado. Ahora casi te caes cuando fuiste a saludar a Leo Malgor. Tus victorias siempre conllevan algo anecdótico…

-(Risas). Siempre me pasa algo. Nunca tengo una carrera tranquila, siempre me pasa algo (más risas). Esta vez, a muy poco de la llegada, lo vi muy eufórico a Leo y lo fui a saludar porque es una medalla que en realidad conseguimos los dos. Pero no vi el cordón. Por suerte no pasó nada.

-Se lo vio muy emocionado a Malgor. Cuántas sensaciones habrán tenido al momento que se abrazaron y festejaron el bronce, ¿no?

-Con Marita Peralta (NdeR: otra gran atleta marplatense que tuvo el privilegio de competir en los Juegos Olímpicos de Londres 2012) siempre decimos que Leo tiene el llanto fácil (risas). Son muchos años de trabajo, entonces las lágrimas son más que entendibles. Leo tuvo el honor de representar a la Argentina en los Panamericanos que se hicieron en Mar del Plata (1995) y no pudo ganar una medalla. Ahora, 20 años después, puede festejarla como entrenador. Son muchas las cosas que pasan por la cabeza de uno al momento de la celebración y ese llanto de Leo graficó todo el esfuerzo que hizo el equipo.

-¿Caés en los histórico del logro? Desde 1951 que Argentina no se colgaba una medalla en Maratón…

-Me enteré una vez que terminó la carrera. No tenía ese dato. Cuando me lo comentaron quedé sorprendido. Es muy lindo regalarle una medalla al país, aportar para el medallero, si bien era algo que no pensábamos, porque nosotros teníamos el objetivo de hacer una buena carrera, un buen tiempo.

-¿Haber entrenado nuevamente en Cachi (Salta) fue decisivo?

-La elegimos por la altura, por los caminos que tiene. Siempre que hacemos la preparación ahí obtenemos muy buenos ejercicios de fuerza y resistencia, importantísimos para encarar este Maratón. Llegamos muy bien preparados en todo sentido y, si bien no conseguimos la marca para clasificar a Río de Janeiro 2016, anduvimos en un buen tiempo acorde al clima y el circuito. Correr dos horas y 17 minutos, en ese contexto, habla de una muy buena preparación. Siempre que fuimos que a Cachi obtuve buenos resultados.

A VALENCIA

Mastromarino buscará en noviembre próximo la marca que lo clasifique por primera vez a los Juegos Olímpicos a realizarse en 2016 en Río de Janeiro (Brasil). “Iré a Valencia (España) junto a varios atletas argentinos. Todos tendremos el objetivo de estar por debajo de las dos horas y 17 minutos. Los primeros tres que estén por debajo de esa marca mínima clasificarán a Río”, contó.

DE ALVARADO A TORONTO

-¿Desde cuándo sos atleta?

-Empecé a mis 12 años. Hace 20 años que estoy en el mundo del atletismo.

-¿Antes habías jugado en Alvarado?

-Me crié en Alvarado, hice el jardín en el club. Mi papá también jugaba en el club. Hice fútbol hasta los 12, cuando empecé a hacer atletismo.

-¿En qué puesto jugabas?

-Era un volante central que corría y corría. Iba y venía. Se ve que me destacaba por correr.

-¿Cómo fue trabajar, tiempo atrás, en una fábrica de tejidos?

-Fue un momento en el cual los resultados no se daban y estaba buscando otro horizonte. Tenía la necesidad de trabajar. Empecé haciendo repartos y me quedé unos cuantos meses, hasta que me reuní con Leo Malgor y me dijo que tenía mucho para dar, que estaba desperdiciando mi tiempo, que tenía que volver a entrenar. Me motivó y al poco tiempo empezaron a darse buenos resultados. Cuando recuperé las becas y dejé de trabajar.

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