Hace más de un mes que el titular de la Dirección de Lucha contra el Narcotráfico de la Policía y otros cuatro miembros de la repartición están detenidos e imputados por el “narcoescándalo” que los involucraría con procedimientos irregulares y “negociados” con referentes del mundo de la droga.

De ellos sólo el comisario mayor Rafael Sosa hizo uso de la palabra en dos ocasiones, en los que insistió sobre los roles de cada uno de los funcionarios policiales de la repartición. Sin embargo, el juez federal Ricardo Bustos Fierro le ordenó la prisión preventiva.

Pero, entre los comentarios que se escuchan en los pasillos de los tribunales del bulevar Arenales, es el llamativo “silencio” que mantienen el comisario Alfredo Saine, el oficial inspector Franco Argüello, el sargento Fabián César Peralta Dattoli y el suboficial Mario Osorio. Los cuatro están representandos por el doctor Lucas Guevara.

«Es parte de una estrategia o un pacto», definió un vocero judicial sobre los acusados -entre otras cosas- por el delito de “asociación ilícita” al igual que Sosa.

El único que se ha diferenciado del jefe policial, es el oficial subinspector Gastón Bustos, titular de Drogas Peligrosas de Traslasierra, a quien le sindican la desaparición de 30 kilos de marihuana. Pero para la investigación, Bustos podría ser “parte” de las ramificaciones que tendrían los “narcopolicías” en el interior provincial.

La delicada situación -que derivó en una crisis institucional que hizo descabezar la cúpula policial y el ministerio de Seguridad- se conoció tras la emisión de un informe del programa periodístico ADN, en el que el agente civil provocador Juan “El Francés” Viarnes destapó la investigación que llevaba la Justicia Federal de Córdoba.

El hecho, aún tomó ribetes graves, al conocerse la muerte de un oficial investigado, Juan Alós, en un confuso episodio en el camino a Bosque Alegre.