“Las imputaciones son curiosas y no las entendemos”. Litoral Gas salió así a refutar la hipótesis de acciones negligentes de sus inspectores y empleados, cinco de los cuales ya fueron imputados por controles previos supuestamente deficientes, en el marco de la causa judicial que investiga la tragedia de Salta 2141. Es que según la Justicia, esas conductas habrían desencadenado la aparición del gasista que cambiaba el regulador de gas el 6 de agosto cuando se originó la explosión por fuga de gas. La compañía también negó que tras el siniestro haya modificado los procedimientos de inspección, sino que el corte de suministro a casi 170 edificios de la ciudad obedece a que se triplicaron los reclamos.

   Con el avance de la investigación penal donde se trata de determinar las responsabilidades del conmocionante accidente que se cobró la vida de 22 personas, la pesquisa no sólo se centró en el obrar del gasista Carlos Osvaldo García, su ayudante, el rol de la administración del edificio y de otro gasista que hizo una reparación el 25 de julio, sino que también apuntó al desempeño de Litoral Gas respecto a los controles y la fiscalización que debe realizar como concesionaria del servicio de gas.

   Y en los últimos días la compañía fue imputada a través de tres empleados, el jefe de éstos y una gerenta técnica, precisamente por no haber respetado la normativa vigente y los protocolos a la hora de realizar una inspección por un desperfecto y rehabilitar luego el servicio sin que estuvieran dadas las condiciones de seguridad.

   Aunque Litoral Gas sentó su posición a través de una solicitada publicada esta semana en La Capital, ayer se expresó públicamente en la voz de su gerente de Relaciones Institucionales, José María González.

Ratificación. “Ratificamos plenamente la solicitada; es más, nuestras imputaciones nos resultan curiosas. Porque a partir de exposiciones, documental e informes que nos ha pedido la Fiscalía en este tiempo, hemos demostrado cuáles son nuestros procedimientos, qué es lo que hicimos y cuál fue el hecho real que motivó la explosión del edificio de calle Salta”, indicó González a LT3.

   Al ser consultado sobre el personal de la empresa imputado y la inspección en la que la jueza Irma Patricia Bilotta le achaca haber reconectado el servicio sin las condiciones de seguridad, el gerente dijo: “No la entiendo. Yo creo que esto se va a tener que aclarar. Desde ese lugar de no rehabilitar el servicio en condiciones de seguridad, no hay absolutamente nada de lo que aparece y se dice que tenga relación con la seguridad del edificio”

En el gabinete. Al referirse a la intervención de Litoral Gas en Salta 2141, dijo que acudieron por “una cuestión de un reclamo de poco gas y se resolvió un problema de pérdida en el gabinete que descubre el mismo personal. Cuando se habla de negligencia del personal, hay que reconocer que en vez de volverse y dejar un papelito a la persona que había hecho el reclamo, que no estaba, se detecta un pequeña fuga de gas y se la hace arreglar”.

   “Después —continuó González— se rehabilita y no hay ninguna pérdida como dicen montones de declaraciones en el expediente”. Y habló de un “problema de la instalación interna del edificio que tenía que resolver o verificar un gasista matriculado. No hay ningún tipo de negligencia en esto”, aseveró.

Ante una falla. Detalló además cómo procede la empresa cuando detecta una falla. “El gasista matriculado tiene que buscar el plano del edificio, verificar toda la instalación y marcar las correcciones. Puede ser una sola, como cambiar un caño o ajustar algo, pero tal vez tenga que cambiar todos los caños de la montante, es un trabajo grande que demora 20 días. Después de presentar el plano en Litoral Gas y que nosotros aprobemos todo lo que tiene que hacer, se empieza a trabajar. Luego la empresa rehabilita”, detalló el ejecutivo.

   Finalmente González analizó la imagen con la que quedó Litoral Gas luego del siniestro y la situación de los trabajadores de la firma. “Me da una sensación de injusticia porque parece que Litoral Gas es una empresa de otro país. Que los trabajadores no fuesen rosarinos y que muchos de nosotros no tuviésemos amigos en la zona (Salta 2100). Y la verdad es que estamos integrados a la ciudadanía. Desde el lugar de las víctimas, sabemos que están sufriendo. La reacción de la calle tiene más que ver con corrientes políticas, con insultarnos y decirnos cosas porque se toma partido equivocadamente”.