Anikó Zsabó conoció como pocos a Lily Sullos. Hasta su muerte, se visitaron con frecuencia y hablaban día por medio. La artista sabía del padecer de la astróloga; también de la promesa de de su hermano Luis de quitarse la vida el día que ella ya no estuviera. Y aunque por eso el desenlace no la tomó por sorpresa, no puede negar el impacto que le causó el correo electrónico que la puso en aviso.

"Me parece que Lenke (el nombre de Lily en húngaro) tuvo un derrame cerebral serio. Voy a cumplir con su deseo, que no sufra con un cerebro maltrecho, paralítica y con dolores, impotente. (...) La solución es rápida y ruidosa. (...) Nos despedimos. Les deseamos mucha suerte". Esas fueron algunas de las líneas que le escribió Luis el domingo 15, horas antes del té que Anikó había planeado el día anterior con Lily cuando hablaron por teléfono.

Según contó a la revista Noticias, la mujer acudió de inmediato a la casa de La Lucila. Explicó a algunos de los vecinos la situación. "No hagamos de esto una película", les dijo. Más tarde llegaron la policía y los bomberos. Entraron. A Lily la encontraron muerta de un disparo sentada en la planta alta; Luis estaba abajo, y la pistola junto a su cadáver.

Para el fiscal, el caso está cerrado. Las pruebas revelan un "homicidio y suicidio". Ninguno de los cuerpos presentó signos de defensa y los disparos se realizaron a corta distancia. Las pericias indican que no participaron terceros.

"No fue un pacto suicida", sentencia Anikó. No es que vaya contra la evidencia, sino que no comparte el concepto. "Pacto hace la mafia. Él no quería verla sufriendo", dijo. Y justificó la decisión: "Hay muchos que piensan así, lo que pasa es que no hay eutanasia en la Argentina".

No duda de las motivaciones del hombre. "La amaba, ya me lo había dicho a su año. Había un acuerdo de afecto, no querían vivir el uno sin el otro", precisó.