La liga que vemos

La liga que vemos

Hacemos un repaso de la Fase Regular inédita que se jugó en la Liga Nacional, por el sistema y por la cantidad de equipo. Los pro y los contra del actual sistema competencia.

Antes de ver que liga queremos nos detenemos un instante para analizar la Liga que tenemos. Terminó la fase regular y se sortearon 468 partidos en 223 días de competencia y la actual forma de juego ha despertado innumerables objeciones, que trataremos de abordar en este informe, analizando los pro y las contra, tratando de eliminar el preconcepto, aquello que en teoría Einstein definió como: "Es mas fácil desintegrar un átomo que superar un prejuicio".

En principio los números, las estadísticas no definen nada, dan una idea, o ayudan a armar el concepto, pero no lo son por si mismo. Empecemos por ahí: para cada equipo se jugaron 52 partidos en 223 días. Del 29 de septiembre al 9 de mayo. Esto significa un partido cada 4.3 días. Por si solo, así frío el dato, no parece mucho trajín.

Comparado con la temporada 12/13 que consagró a Peñarol campeón frente a Regatas y hubo descensos por última vez se jugó con el calendario de viernes y domingo y hubo 44 fechas en 178 días. Desde el 17 de septiembre al 10 de marzo. Es decir un partido cada 4.0 días. Vale decir, menos descanso que ahora.

Si se suma el ahorro de kilómetros (entre un 35 a un 50% del total dependiendo el lugar geográfico) que los clubes lograron al generar las giras y los destinos con avión que sumaron algunos (no todos) de los equipos, se puede afirmar que hubo más días para entrenamiento, menos horas de jugadores en ruta y más tiempo de descanso. Esa sería la teoría.

Más datos: Esta temporada hubo 154 victorias de visitante sobre 468 partidos (32.9% de eficacia). Tomando como comparación la misma liga citada 12/13 (última de los descensos) sobre 352 partidos hubo 112 victorias de visitante (31.8%). Se mejoró relativamente el porcentaje de victorias visitantes.

Y entre los datos hay uno significativo que es importante compartir: en las giras de 4 partidos, las victorias visitantes en el 1ro y 2do juego es de 30% no obstante, con el tan temido y criticado 4to juego de visitante el porcentaje de victorias visitante sube al 36%. Un dato que al menos nos invita a sospechar de todo lo que se habló de las "giras largas".

En la práctica hubo errores de armado del fixture que descompensó la intención original de las giras y el calendario más largo. Directivos de la AdC que tienen que ver con el área de competencia en diciembre del año pasado afirmaron a Pick and roll el conocimiento de todos los problemas (o al menos eso declararon) sosteniendo "después del primer mes de competencia ya sabíamos todos los errores cometidos".

Era momento de dejar correr la liga y evaluar al final...es decir, ahora. Los datos invitan a mirar en perspectiva dos situaciones: el calendario esta bien, la carga en la distribución de partidos esta mal hecha.

En principio hay una intención política en esta calendario. Los dirigentes quieren una competencia de 9 meses con un mes de pretemporada. Las 10 cuotas de salario que los clubes pagan anualmente a los jugadores ha traído algunas situaciones engorrosas, como que un equipo al 7mo mes de competencia quede eliminado, y siga cobrando normalmente hasta la 10ma cuota.

La intención fue prolongar el juego de cada equipo, no la competitividad. Allí existe un vacío deportivo que buscan llenar. Es decir, si esta bien que todos jueguen play offs, si debe haber un premio y un castigo a la temporada regular, si todos están en condiciones de ir por el campeonato. La "causa" era: 9 meses de competencia real. Lograr esta premisa llevó a una serie regular de 52 partidos que la temporada que viene se extenderá a 56 juegos.

Entre las situaciones más controversiales surge nítidamente la carga de partidos en giras de local o visitante. Cuatro o cinco juegos fuera de casa o lo mismo de local para luego tener un vacío de 10 días sin jugar sin dudas que es un anomalía a corregir. El promedio da 4.3 días por partido, pero en verdad los equipos debieron soportar calendarios cargados en períodos de 15 días y después descansos sin sentido. Un error que no debe ser admitido en la liga que viene.

Esta carga de juegos lleva a una situación directa que fue bandera de muchos de los que no simpatizaban con este calendario: las lesiones. Se adujo desde diferentes estamentos que hubo muchos lesionados esta temporada.

Esa premisa carece de respuesta. No hay ningún estudio ni dato certero que afirme o contradiga dicha sentencia. Hubo lesionados por acumulación de cansancio, de fatigas musculares (perfectamente consecuencia del calendario) pero también hubo lesionados por el juego mismo. No hay ningún dato del pasado que indique cuántos jugadores se lesionaron jugando y cuántos entrenando. Tampoco hay datos si las lesiones responden a una sobre carga de trabajo o a una mala preparación física.

Los análisis de los entrenadores hoy, cuyos resultados son muy importante, debería basarse en la certeza de saber qué cantidad de minutos puede jugar un jugador bajo este calendario. En la actual temporada hay 22 jugadores que sumaron más de 30 minutos de promedio mientras que en la temporada 12/13 hubo 24 jugadores que tuvieron el mismo registro, es decir más de 30 minutos por partido.

El dato podría afirmar que en su mayoría los entrenadores no han rotado de manera diferentes sus bancos de relevos en relación al cambio de calendario. No hubo, en casi ningún equipo, jugadores que no viajen por descanso, salvo sobre el final el caso de Bruno Lábaque en Atenas y Quimsa que luego de conseguir el número uno brindó algunas rotaciones de descanso a sus jugadores.

El análisis debe contemplar la relación de 8 jugadores mayores, dos sub 23 y 2 juveniles que cuenta cada plantel. Si la calidad de los sub 23 y juveniles, de acuerdo al criterio del entrenador, no es buena, la rotación la terminan acortando a solo 8 jugadores.

Algunos casos son para destacar, como Sebastián González en San Martín, Nicolás Casalánguida en Regatas, Sebastián Ginóbili en Bahía y Julián Pagura en Ciclista de Junín quien por diferentes motivos pudieron hacer el equipo más largo con sus valores juveniles.

El calendario de giras permitió que un equipo que terminaba de jugar en una ciudad, haga noche en el mismo hotel y por la mañana disponga un día de entrenamiento y preparación de juego sin viaje. En el caso de Mar del Plata, Buenos Aires, Junín, Corrientes y Santiago del Estero. Consultado por Pick and Roll a casi todos los entrenadores les entusiasmó esta situación inédita salvo para el caso de la gira por Buenos Aires.

La síntesis más lógica entonces sería: el calendario debe mantenerse y cambiar la carga de juegos. No más de 3 o 4 partidos de visitante, nunca más de 3 como local, sin descansos prolongados. Además es menester que el equipo que recibe esté en competencia mientras el equipo que esta de gira juega partidos.

En cuanto al armado de las conferencias y la llegada a los play offs la situación de 18 equipos brindó un hecho diferente al que se vivirá la temporada que viene con 20 equipos. De todo modos ya fue anticipado que el sistema de play offs por conferencias se mantendrá. La intención política es darle valor a cada final de conferencia para aumentar los productos a vender. Este año y el siguiente serán un test importante en tal sentido.

En lo particular me gusta mucho más una segunda fase única con cruce de play offs que permite el cruce de equipos del sur y la norte. Además este año Regatas es el segundo en porcentaje de victorias y no obstante no se asegura ir por el lado contrario de la llave del primero que es Quimsa. Podrían cruzarse en la final de Conferencia pero no de la Liga. Si el producto "final de conferencia" registra un impacto publicitario acorde, tal vez la tendencia se mantenga.

Pablo Tosal

@pablotosal

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