Ex parejas, su propia madre y una cuñada representan apenas algunas de las 18 personas citadas por la Justicia, a fin de ofrecer testimonios y avanzar en la investigación por el asesinato de la docente Leda Fabiana Raimundi, cometido entre el 14 y 15 de junio pasado.

Así lo confirmó ayer el juez Ramón Gómez, quien reveló: “Entre el 13, 14, 15 y 16 de agosto tomaremos todas las declaraciones”, clarificando: “Aún rige el secreto de sumario”.

Dueños de remises

Según el funcionario, el amplio número de testigos está dado también por los propietarios de los dos remises en que se conducían Mario Rojas y Guillermo “Turco” Pereyra, la noche trágica del 14 de junio, docentes y hasta funcionarios policiales.

Se trata de los móviles 77 y 99, unidades que ya empezaron a entregarse a sus dueños.

Entre los testigos, se aguardan los relatos de Gladys Graciela Reinoso (madre) y Mara Rojas, cuñada de Rojas. Ambas proveerían aspectos desconocidos de la vida que llevaban juntos Leda y Mario Rojas.

‘Él nunca le dio la espalda a ella. Siento muchísimo el dolor de su madre, pero las primas hablan de él y mi cuñado fue el único que la ayudó cuando estuvo sola’, señaló semanas atrás la cuñada de Rojas a EL LIBERAL.

Mensajes de texto

‘Yo vi los mensajes de texto en el celular de él que le regalé porque no podía comprarse uno. El año pasado fueron juntos a Las Termas y después ella lo denunció, acusándolo de entrar y destrozarle la casa. ¿Cómo pudo hacerlo, si en ese momento estaban junto a 60 kilómetros de Santiago?’, amplió.

Por otra parte. Extraoficialmente se supo que la semana próxima comenzarían a entregarse los resultados de pericias hechas a los celulares de Leda y a los cinco detenidos: Rojas, Pereyra, Gabriel Brandán, Lucrecia y su hijo, Luis Esteban Ledesma.

La Justicia tendría más elementos para conocer qué hizo la víctima sus últimos días y, por ende, los sospechados de asesinarla.

No sería la única novedad: también es inminente una definición sobre los huesos encontrados semanas atrás y que al parecer serían humanos.

El brazo perdido

La atención en los mismos es innegable, ya que aún los investigadores ignoran cuál fue el destino de un brazo de la víctima, porque el cuerpo estaba incompleto.

Una corriente policial atribuye este faltante a la faena de los perros, pero una segunda vertiente policial asegura que fue obra de personas.

La respuesta más cercana a la verdad partirá de la ciencia, o si algún detenido confiesa su intervención.