Un zar del juego, detrás del millonario negocio de los casinos en la provincia

Un zar del juego, detrás del millonario negocio de los casinos en la provincia
En agosto, la Provincia anunció que le quitaría a Enjasa la licencia que tenía hasta 2030 por violar normas antilavado.
El juego es un negocio que recauda alrededor de $400 millones al año en Salta. A mediados de agosto pasado, el Ejecutivo provincial anunció la quita de la concesión a la empresa Enjasa, que tenía el monopolio de casinos, tragamonedas y loterías hasta 2030. Adujo supuestos incumplimientos de normas contra el lavado de dinero. La medida, que lució en su momento improvisada, parece haber sido en realidad un acto planificado al extremo y con meses de antelación. Documentos a los que accedió El Tribuno revelan que, desde noviembre de 2012, el Ente Regulador de los Juegos Azar (Enreja) ya tenía a un reemplazante anotado para quedarse, sin licitación pública de por medio, con más de la mitad de las ganancias. En la disputa por esa suculenta caja aparece uno de los zares del juego más poderosos y polémicos de la Argentina: el cordobés Miguel Angel Caruso.

Para la mayoría de los salteños es un verdadero desconocido. Pero Caruso es el dueño de Casinos MAC Group, que desde 2001 le alquila a Enjasa máquinas para los casinos electrónicos de la capital salteña, Orán, Tartagal, Joaquín V. González, Metán y Rosario de la Frontera.

El casino capitalino Golden Dreams es el más rentable de la provincia y funciona con equipos de Caruso. Factura $275.000 por día, unos $75 millones al año. Los contratos de alquiler de esos aparatos, como tragamonedas, ruletas y mesas de Black Jack electrónicas, fueron firmados por Video Drome SA, una de las compañías de Caruso.

Los acuerdos de Video Drome con Enjasa vencen el 31 de diciembre, pero Caruso tiene un as en la manga: una propuesta al Ente Regulador para que le permita seguir en Salta, ya no brindando servicios con la renta de sus máquinas, sino directamente explotando los casinos más redituables. Es decir, quiere reemplazar a Enjasa en el negocio de las salas que más dinero generan, en particular, de Golden Dreams. Este casino electrónico, ubicado en Alberdi 262, se publicita como “uno de los más importantes del país”. Tiene ruletas, tragamonedas, póker, black jack, dados y bingo.

A mediados de 2012, el Enreja le dio un primer aval a las aspiraciones de Caruso, al legitimar a Video Drome como supuesta operadora de juegos de azar en Salta. Enjasa, la empresa que había ganado la licencia, impugnó esa habilitación ante el Ente Regulador, haciendo valer su condición de “operadora exclusiva”, pero el recurso fue rechazado.

Esa fue solo una de varias decisiones que favorecieron a la firma de capitales cordobeses. Una de las resoluciones más polémicas del ente que preside Sergio Mendoza, funcionario denunciado por negocios incompatibles, sobresueldos en negro y contrataciones sospechadas de corrupción, es la que eximió a Video Drome de renovar las máquinas electrónicas con más de 10 años de antigüedad. La orden de modernizar el equipamiento de los casinos había sido dispuesta por una resolución de mayo de 2012, aunque solo terminó obligando a Enjasa a desembolsar esa inversión millonaria.

Fue en ese contexto que el zar del juego cordobés presentó el 23 de noviembre de 2012 una propuesta para quedarse con la explotación de los casinos electrónicos que más recaudan. En el mismo documento en el que Video Drome pidió ser exceptuada de la renovación de su flota de máquinas, la empresa que forma parte del emporio de Caruso deslizó una “oferta superadora”. En ella, la firma adelantó que ofrecería al Estado, “por intermedio del Enreja”, pagar desde 2014 un canon del 20 por ciento, más elevado que el que aporta Enjasa.

Coincidentemente, el ministro de Economía, Carlos Parodi, aseguró el mes pasado que el monto que deben abonar los operadores del juego subirá del 16 por ciento de la recaudación que se cobra hasta ahora al 20 por ciento. El funcionario dijo esto cuando informó que se le quitaría la licencia a la concesionaria que tenía contrato hasta 2030. “Enjasa queda afuera de esta historia”, señaló el ministro el 14 de agosto, en una conferencia en la que promocionó un avance contra el monopolio. El anuncio prometía transparencia, pero los movimientos que se dieron desde 2012 parecen indicar que, en realidad, solo se trataba de una maniobra para desplazar a una empresa y beneficiar a otra.

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