Dos jóvenes murieron al ser atropellados desde atrás

Dos jóvenes murieron al ser atropellados desde atrás

El caso más grave, en Chimbas. Allí el chofer arrolló además a un bebé, a su mamá, a su abuelo y escapó. En Rawson, la víctima tenía 16 años.

Dos jóvenes de 18 y 16 años que ayer en la madrugada volvían a pie a sus casas por la orilla de la calle luego de una salida nocturna, murieron al ser embestidos desde atrás por dos automovilistas, en Chimbas y Rawson (Ver aparte).

MATÓ Y FUGÓ

El caso más grave ocurrió alrededor de las 5,30 de ayer en avenida Benavidez, unos 100 metros al Oeste del ingreso a la Cárcel de mujeres, en Chimbas. A esa hora Emanuel Ariel Ríos (18) iba hacia el Oeste cuando el conductor de un Peugeot 206 lo arrolló violentamente desde atrás y no le dejó escapatoria. El joven quedó tirado en una acequia, donde murió prácticamente en el acto.

Según la Policía, ese siniestro pudo tener una consecuencia mucho más grave porque el chofer también arrolló a una chica Rocío Montaña (25), al bebé de 1 año de la jovencita y a su suegro, Ricardo Garay (40) que caminaban unos pasos adelante de la víctima fatal.

Sin embargo ayer en la Policía informaron que sólo el bebé era seguido con más atención en el Hospital Rawson, por un golpe que presentaba en la cabeza.

Luego del desastre, el conductor del Peugeot huyó del lugar aunque luego abandonó el vehículo cerca de la Seccional 30ma., pero no se entregó. Sospechan que se trata de Carlos Tejada, porque en el auto encontraron documentación con ese nombre. Ayer los uniformados lo buscaron en una casa de la Villa Observatorio, en Chimbas, pero no lo hallaron. Al cierre de esta edición seguía prófugo, indicaron.

El trágico accidente tuvo además un marcado episodio de violencia, pues un supuesto familiar del fallecido atacó a patadas y dañó el vehículo del cronista de este diario hasta que fue controlado por la Policía y sus propios parientes.

En la Policía tuvieron que lidiar también con otro accidente que ocurrió en el mismo lugar. Unos 20 minutos después de la tragedia -dijeron- el conductor de un Renault 12, fuera de control, dañó con el vehículo un móvil policial, una moto y el cochecito donde trasladaban al bebé del otro episodio, antes de estrellarse finalmente en una acequia a unos metros del cuerpo de la víctima.

Ese chofer fue identificado como Gustavo Aballay (37) y quedó detenido por los daños y, principalmente, porque no podía conducir: según la Policía, en análisis de alcohol en sangre reveló que había superado bastante el límite tolerable para manejar.

Volvía a casa tras una fiesta, un vecino lo arrolló y lo mató

Un accidente calcado al de Chimbas ocurrió media hora después, alrededor de las 6 de ayer, en Médano de Oro, en Rawson. Allí, la víctima fue un chico de 16 años identificado como Gustavo Velázquez, el mayor y único varón entre seis hermanos, contó su tío Esteban Agüero.

Según el hombre, su sobrino había estado en el predio ‘Gaucho José Dolores’ por la tradicional fiesta de la doma y el folclore. Y a la hora del siniestro caminaba hacia el Sur rumbo a su casa junto a un amigo por Ramón Franco.

Gustavo pretendía llegar a la suya en Calle 11 casi América, pero unos 500 metros al Sur del predio, el chofer de una camioneta Ford F100 que también circulaba en el mismo sentido, lo arrolló y fue su fin.

Ese hombre es un comerciante que vive en la misma zona y fue identificado por fuentes policiales como Richard Fernández, de 46 años. Ante la Policía, el hombre habría dicho que volvía de Capital y que no vio al jovencito por el costado de la calle, dijeron fuentes policiales.

Luego del accidente, el chofer fue trasladado hasta la subcomisaría de Médano de Oro, detenido y sospechado de matar sin tener esa intención (homicidio culposo), un delito que es excarcelable.

El joven fallecido estudiaba y le ayudaba a su papá a trabajar en la tierra, contó su tío. ‘Qué desgracia, justo el padre le había dicho que lo venía a buscar en moto y cuando llega se topa con que se lo habían matado, es de no creer’, dijo Agüero.

A unos metros, la madre y otros parientes lloraban amargamente la pérdida del jovencito sin despegarse del cuerpo.

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