El exgerente de Urbaser, Jacinto Álvarez, fue uno de los pocos acusados en el caso Jable, cuyo juicio quedó este miércoles visto para sentencia, en tomar la palabra al final de la vista oral, celebrada en la Audiencia Provincial.

Álvaraz dijo que no lo tenía pensado pero que lo iba a hacer porque las defensas de la exalcaldesa María Isabel Déniz y del exsecretario de Arrecife, Felipe Fernández Camero, habían cargado la culpas contra Rafael Arrocha, antiguo jefe de la Oficina Técnica: “Arrocha es un grano de arena en el desierto pero el señor Fernández Camero es el desierto entero”. “Y ahora que me denuncie”, añadió.

Fernández Camero y Arrocha fueron los otros dos acusados que dijeron algunas palabras en la última sesión del juicio. Camero, para insistir en que no tenía obligación como secretario del Ayuntamiento de Arrecife de custodiar los documentos (en referencia a la alteración del concurso de recogida de la basura a favor de Tecmed-Urbaser), y Arrocha para repetir que está “absolutamente arrepentido”.

El abogado de Fernández Camero, José Antonio Choclán, dijo que el escrito de acusación de la Fiscalía altera los hechos sustancialmente. Tanto Choclán como el abogado de Déniz consideran que la declaración de los coacusados no se debe tener en cuenta porque no contestaron a las defensas y han obtenido rebajas en la petición de penas al acusar a otros por lo que su testimonio pierde valor. Los dos pidieron dilaciones indebidas “muy cualificadas” por la tardanza en juzgar el caso.

En su intervención, Choclan señaló que hubo “amaño por un funcionario corrupto” como Arrocha, pero que no participó Camero y que no hay pruebas que lo avalen.

“Grupo cerrado de la corrupción”

José María Calero, abogado de la exalcaldesa, dijo que hay insuficiencia de pruebas de cargo y que no hay pruebas que conecten los regalos recibidos por Déniz por parte de empresas como Urbaser o FCC (que construyó el pabellón de Argana) con alguna decisión administrativa tomada por la exalcaldesa.

“A todos nos repugna la corrupción”, afirmó el letrado de Isabel Déniz, que calificó al exgerente de Urbaser en Lanzarote como el “foco fundamental de la corrupción” y aseguró que su clienta “no estaba en el ajo de la corrupción de Arrocha y Jacinto [Álvarez]”, “no estaba en el grupo cerrado de la corrupción”. “Así ocurrió, es la realidad”, concluyó.