Desde su fundación, la ciudad de Mendoza y sus alrededores sufrieron grandes anegamientos, desprendimientos de tierra y aluviones, el más recordado el catástrófico ocurrido el 4 de enero de 1970, que dejó como saldo 24 víctimas fatales.
El irrespeto de los primeros pobladores de Mendoza por la antigua fisonomía de estas tierras y sus naturales cursos de desagüe, cuando las lluvias torrenciales se precipitaban sobre el pedemonte, provocaron que la prepotencia de "transformar el desierto en vergel" puediera convertirse luego en drama y muerte.
He aquí una breve reseña de los desastres aluvionales o escurrimientos de tierra y barro históricos que estremecieron a la provincia:
En 1716 una gran inundación destruyó gran parte de los edificios céntricos, entre los que se hallaba la Iglesia de Nuestra Señora de Loreto.
En 1754 una inundación puso en peligro a los pobladores de la vieja ciudad fundada en 1561.
En el año 1895 se precipitó sobre la ciudad y los alrededores, una lluvia de características inusuales, provocando una verdadera catástrofe. El agua que descendía de la cerrillada del Oeste, arrastraba a su paso, puentes, troncos de árboles, numerosos puestos de la sierra, y posteriormente, ropas, muebles, animales muertos y enceres de las casas de los barrios pobres, situados al oeste de la ciudad. Este aluvión produjo 24 víctimas, doscientos heridos e infinidad de familias sumidas en la miseria, por haberlo perdido todo por su causa.
En el año 1900 se produce una crecida en el río Mendoza, que destruye parte del Dique Luján, hoy Cipolletti, y deja sin agua al canal Zanjón que proveía este elemento a la ciudad. Dos días después una fuerte lluvia caída en las serranías del oeste, provocó una avenida torrencial que inundó propiedades, viñas y casas.
En 1920, el 18 de Enero, una crecida del río Mendoza, destruye parte de las obras de defensa existentes en La Toma. El hecho se repite el 31 de Enero del mismo año, provocando nuevamente pánico en la población.
En el año 1934 se produjo en el río Mendoza una crecida, que provocó cuantiosos daños. La catástrofe se originó en Punta de Vacas, en la confluencia del río Tupungato con el río Mendoza. Un glaciar obstruyó el cauce del río, produciéndose una especie de dique de contención, que al ser arrasado por la fuerza de las aguas produjo una crecida que se prolongó hasta la localidad de Palmira. Las aguas destruyeron la Usina de Cacheuta, el Hotel de esa localidad, casas, caminos, puentes, edificios y vías férreas que se hallaban a su paso. El número de víctimas sobrepasó las 20 personas y los daños se estimaron en más de 250.000 dólares.
En los años 1954, 1956 y 1957, se produjeron considerables crecidas en el río Mendoza que provocaron daños, especialmente en las zonas de Cacheuta y Potrerillos.
El 31 de diciembre de 1959 una intensa lluvia, caída en las cerrilladas del oeste y sobre la ciudad misma, provocaron inundaciones y daños en le centro de Mendoza. El comercio resultó muy perjudicado pero no se registraron víctimas. Las pérdidas económicas fueron superiores a los 220.000 dólares.
El 4 de Enero de 1968, se produjo otro evento de importancia en el departamento de Las Heras. Las pérdidas fueron calculadas en 435.000 dólares. El mismo día, otra avenida torrencial asoló el departamento de Tupungato que arrasa plantaciones y las pérdidas se estimaron en 2.150.000 dólares.
Otro acontecimiento digno de ser destacado en el aluvión que asoló el departamento de Las Heras, el 4 de Febrero de 1968. Una enorme masa de arena y barro se desplazó sobre ese departamento y quedó depositada en importantes arterias y propiedades aledañas.
La peor catástrofe soportada por la provincia ocurrió el 4 de Enero de 1970. Una fuerte tormenta se precipitó sobre la cuenca del Frías, que provocó la destrucción del dique homónimo, originando una avalancha de agua y lodo que inundaron las zonas de influencia del dique. El hecho provocó más de 24 víctimas fatales y los accidentados se estimaron entre 1500 y 2000 personas. Los daños materiales se calcularon en una suma superior a los 23.000.000 de dólares. A las referencias anteriores deben sumarse las pérdidas millonarias por inundaciones, en Chacras de Coria, Vistalba, Costa de Araujo y Perdriel. Además de las pérdidas de cosechas, que en algunos lugares fueron totales, debe tenerse en cuenta el lucro cesante, ya que muchas plantaciones no dieron frutos hasta dos años después. Referente a la red vial, solamente en reparación de caminos destruidos debieron invertirse más de 790.000 dólares.
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