Una intensa tormenta de nieve se precipitó anoche sobre Puerto Deseado tornando intransitable los últimos tramos que conducen hacia la localidad, aunque la nieve acumulada durante el temporal se derritió a las escasas horas sin dejar rastros.

Algo similar sucedió en la zona de Jaramillo y Fitz Roy, dos localidades que se vistieron de blanco en las primeras horas de la mañana pero hacia la tarde la nieve acumulada sobre la cinta asfáltica desapareció por la acción del sol.

Una enorme fila de camiones esperó durante algunos minutos en el cruce de la ruta 281 y la ruta 3 hasta que el temporal amainara un poco. Los conductores que se hallaban a la vera de la cinta asfáltica comentaron que la nevada los tomó por sorpresa. “Salimos de San Julián y el tiempo estaba bueno, pero pasando Tres Cerros se largó a nevar con ganas y a medida que nos acercábamos hacia el norte la nieve se puso más espesa y no se veía nada aunque la ruta está transitable, pero la visión era escasa y tuvimos que detenernos”, relató un camionero.

Durante la intensa nevada, la estación de Servicio de Fitz Roy, fue el refugio para una docena de conductores que tuvieron que detenerse a esperar que la tormenta afloje.

“Vengo de Comodoro, allá no está nevando, en Caleta Olivia tampoco, la nieve comienza a unos 20 kilómetros de aquí, y la ruta se hace intransitable porque no se ve nada”, comentó un viajante quien decidió tomarse un café en la estación aguardando que mejoraran las condiciones para continuar viaje hacia San Julián.

De todos modos en las primeras horas de la tarde la nieve acumulada sobre la zona ya se había derretido completamente, aunque hacia la noche la afectada por el temporal resultó la localidad de Puerto Deseado, que en pocos minutos se vio cubierta de un intenso manto blanco con copos de nieve que asombró a la gran mayoría de los vecinos quienes señalaron que jamás habían visto copos de ese tamaño. “Vi nevadas grandes pero estos copos son enormes”, relató una vecina asombrada. Pasadas las 22; 00 los copos gigantes se tornaron imperceptible y a los pocos minutos el manto blanco dio lugar a calles que formaban grandes surcos de agua. Por suerte la nieve ya se había esfumado.