Iniciaron los trabajos de demolición de la vieja terminal de Oberá

Así como todo tiene un final, le llegó el turno a la vieja estación Terminal de Oberá ubicada en la intersección de la calle Gobernador Barreyro y avenida José Ingenieros. Con más de 80 años de historia referida al transporte de colectivos en Oberá, supo guardar innumerables anécdotas, sueños, concreciones y fracasos de un pueblo misionero sufrido y noble.

Como no tiene valor arquitectónico ni histórico para ser refuncionalizado, hoy desaparece la terminal vieja; su figura representó numerosos conflictos y debates sociales en los últimos años, ya que luego de que inauguraran la nueva terminal en 2010, el espacio fue ocupado por los vendedores ambulantes locales, que se resistían a dejar ese lugar que por décadas supo darles de comer; hasta que el pasado lunes finalmente dejaron su vieja casa para acondicionarse en un nuevo espacio de comercialización.

La Estación Terminal General Eduardo Lonardi, aunque de nombre polémico, fue testigo del crecimiento de Oberá. Los orígenes de la actividad de transporte en ese lugar se remonta a la década de los 40 y la construcción que hoy se desmantela fue construida en los años 70; en ese lapso albergó a los más singulares personajes populares, a trabajadores, viajantes, amores, tristezas, penas y tanto más.

Llegando iban, los colonos con bolsas de mercadería para el mes; luego de cobrar la platita de la yerba, también se observaban a los viajantes que venían de Buenos Aires a visitar parientes; vendedores ambulantes que crecieron en ese lugar, ofreciendo insistentemente las novedades que aparecían en el mercado; los personajes populares como la “Ramonita de la parada”; el antiguo museo de pájaros, el mural de la Masacre de Oberá, los bancos oscos y medio incómodos y tantas descripciones más, que configuraron a la ex Terminal de Oberá como un lugar místico y simbólico.

En vano resulta pues, ser melancólicos, ya que el progreso llega y es necesario crecer para que el pueblo tenga mayor confort y comodidad y la vieja terminal ya dio todo lo que tenía para dar; generoso albergue de tantos, hoy termina su historia, llegó a su fin la noble parada de colectivos.

En el lugar de ahora en más será proyectado el nuevo edificio municipal de Oberá, donde está previsto que cuente con varias plantas administrativas y recreativas, ocupando así la mitad de la manzana céntrica.

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