La transferencia de Joaquín Correa y las diferencias internas entre los pedidos del entrenador y las negociaciones de la dirigencia llevaron a Estudiantes a cerrar la peor participación en los torneos de verano de los últimos años.

Ayer, tal cual había ocurrido el jueves contra Independiente, el Pincha mostró un retroceso en su nivel de juego en comparación al 2014. 

Sin un patrón de juego definido y carente de un armador para trasladar la pelota, el equipo de Pellegrino fue superado durante el primer tiempo, cuando Hilario Navarro fue clave para sacarle el gol de Cavenaghi y mantener el cero en el arco del Pincha. 

Mal parado en las pelotas cruzadas y retrocediendo sin coordinación, los defensores albirrojos sufrieron la velocidad de los mediocampistas de River, quienes durante toda la noche encontraron espacios para llegar con claridad.

En el segundo tiempo, aún cuando la expulsión de Solari suponía mayores espacios en la cancha para el Pincha, el conjunto albirrojo apenas supo aprovechar esta incidencia cuando llegaron los cambios sobre el final del partido. Recién entonces, el manejo de Román Martínez y la presión de Gil le cambiaron la cara a un equipo que de todos modos no logró ganar el partido. 

Con más dudas que certezas, Estudiantes cerró su participación en el torneo de verano sin marcar goles y con el agravante de haber retrocedido varios escalones en comparación al año pasado. 

Con este escenario, y ante la impaciencia creciente de los hinchas, el clásico ante Gimnasia podría convertirse en una verdadera prueba de fuego antes del inicio de la competencia oficial del 2015.