Ocurrió en la madrugada del 14 de febrero de 1988. A las 6:05, en la casa del barrio “La Florida” sólo se escuchaban gritos y peleas. Las discusiones eran de una pareja. Se trataba de Carlos Monzón y su mujer Alicia Muñiz.

La escena se daba en una elegante casa del barrio parque La Florida. Había insultos, reclamos. De repente, un cuerpo cae por el balcón, era Alicia. El boxeador comienza a pedir ayuda a los gritos.

Un drama familiar que terminó en tragedia. Maximiliano, el hijo de ambos, dormía mientras su madre y su padre discutían hasta que la fatalidad llegó a sus vidas. El pequeño tenía sólo 6 años.

El cuerpo de Muñiz, sólo con una bombacha, estaba con fracturas múltiples de cráneo. La imagen fue tapa de diarios y revistas. Monzón gritaba “Alicia se mató, Alicia se murió”.

El campeón de boxeo fue acusado de homicidio ya que tras una fuerte pelea con su mujer, le apretó el cuello hasta que quedó casi inconsciente, y él la tiró por el balcón. Así lo narran los hechos. Pero él lo negó ante la Justicia y adujo que fue una fatalidad.

“Yo no la maté”, declaró a las revistas. Para el juez Jorge Simón Isacch fue culpable, obró con plena conciencia, y el 3 de julio de 1989 lo condenaron a once años de prisión. Se dijo que no obró como un asesino sino ayudado por el alcohol, ya que había tomado cerveza horas antes en una salida que ambos tuvieron junto a Adrián “Facha” Martel.

Lo cierto es que Monzón le pegaba a sus parejas y Alicia recibió la peor parte. La modelo uruguaya había conocido al boxeador en 1979, se enamoraron y fruto de ese amor nació Maxi. “Ella fue para mí algo increíble, ninguna otra mujer podrá marcar a fuego mi corazón como ella lo hizo durante los años que estuvimos juntos”, dijo él.

Iban y venían. La relación era conflictiva. Aquella noche trágica la pelea habría sido por la cuota alimentaria que no le pasaba al pequeño. La discusión terminó mal para ambos. Ella, muerta. Él, en boca de todos los medios y no por un triunfo sobre el ring, sino por una descontrolada pelea familiar que se le escapó de las manos.

Años después, a poco de cumplir su condena en prisión, la tragedia lo volvería a sorprender. Fue el 8 de enero de 1995, en la localidad de Los Cerrillos en la provincia de Santa Fe, Carlos falleció en un accidente automovilístico y fue el final de un ídolo sobre el ring que no pudo ganarle a la vida.