Alejandra Bellini, la maestra de sala de 5 años que fue separada transitoriamente de su cargo, habló esta mañana y aclaró que en la escuela no hubo nada que hiciera presumir que el nene vivía una situación de violencia familiar.
Tras la conmoción por la muerte de Agustín, el nene de 5 años que murió tras una brutal paliza por parte de su padrastro, y la decisión del Ministerio de Educación de la Ciudad de separar transitoriamente de su cargo a la maestra de la sala y a la directora del Jardín de Infantes N°2 del Distrito Escolar 12 de Flores al que concurría el niño, la docente habló esta mañana y remarcó que en la escuela no detectaron nada que pudiera hacer presumir que el nene vivía una situación de violencia familiar.
“El nene no fue, como se dice, todos los días a clase con la cara abollada, porque no es así”, aclaró Alejandra Bellini en declaraciones a Vorterix. Y explicó que se dieron dos situaciones: “Una es un moretón del tamaño de una yema de un dedo en una mejilla. Y otra era un chichón en la frente, como cualquiera se da, no era un golpe contundente”. La otra situación fue cuando el niño llegó a la escuela sin dos piezas dentales y explicó: “Nosotros inocentemente pensamos que se le habían caído los dientes como a cualquier nene de 5 años”. Sin embargo, la madre llegó a la escuela con un certificado de un odontopediatra. “La mamá justificó (la caída de los dientes) con un certificado de un dentista y el propio nene dijo que se había caído en la bañadera”, explicó la docente.
“En todos los casos la madre labró actas explicando y refirió situaciones de juego donde se cayó el niño. No hubo ninguna presunción de una situación familiar violenta”, remarcó la maestra, que además añadió que “el niño jamás dio evidencias de una situación conflictiva en su domicilio”. La maestra explicó, además, que todo se dio en un lapso de tiempo de 26 días. El nene empezó las clases una semana después del inicio del ciclo lectivo. Entre tanto, tuvieron entrevistas con la mamá y, según la maestra, nada hacía sospechar. Los golpes se correspondían con cualquier golpe que puede sufrir un nene de 5 años en una situación de juego. Y el caso de los dientes fue justificado por la progenitora con un certificado médico.
La docente explicó además que tampoco vieron conductas sospechosas en el nene. Agustín “era un nene normal que jugaba, no daba ningún indicio, no daba presunción de nada” y sobre la conducta de la madre remarcó: “Siempre resultó creíble, participó de todas la propuestas de la escuela, fue una mamá presente dentro del jardín”. La maestra contó que incluso la mamá junto con los hermanos del nene festejaron el cumpleaños de Agustín en el jardín.
La maestra, que tiene más de 20 años de experiencia, remarcó que no hubo nada que hiciera sospechar que Agustín podía estar en riesgo. Los tres episodios referidos fueron en forma discontinua y quedaron asentados en actas “porque nosotros cuando los chicos entran al jardín con alguna lesión, los padres dejan constancia de que sucedió en la casa. El niño y la mamá refirieron que fue jugando en la bañadera”, afirmó.
“La política educativa que nosotros tenemos es de establecer un vínculo de confianza con la familia. Siendo que era una familia nueva, que venía de Gesell, ¿cómo no vamos a creer en la mamá? La mamá siempre resultó creíble. Nada nos hizo suponer este desenlace”, afirmó. Y se mostró preocupada por los compañeros de Agustín, que ahora perdieron a su maestra “y era la única contención que tenían”.
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