Día 2: El gran "recalculando" de Cosquín Rock

Día 2: El gran

Cosquín Rock pudo reinstalar su mística tras la primera suspensión de la historia. Ayer, los mejicanos Molotov grabaron su DVD en vivo. Las Pelotas, a la altura de su estatus de clásico del festival. La madrugada esperaba por Ciro.

Ayer a la siesta, en el backstage del escenario principal de Cosquín Rock, que se realiza desde el sábado en el aeródromo de Santa María de Punilla, los gestos de los organizadores amalgamaban algo de pena con mucho de satisfacción y orgullo. Pena por las complicaciones que el temporal generó en Sierras Chicas y en el mismo festival (la primera suspensión en su historia, de hecho), y orgullo por la capacidad de todo el personal de reaccionar ante la adversidad y poder poner de pie al gigante a la hora señalada.

Es decir, a las tres de la tarde, cuando el principal ya mostraba al cuarteto de inspiración garage Utopians, que tenía nuevas canciones por mostrar. Para entonces, el sol le ganaba apenas su batalla al clima inestable y el otro clima, el del mismo Cosquín Rock, se había reinstalado, con miles de personas entrando al predio y mientras relojeaban al río con cierto temor, aunque éste ya tenía su cauce más sosegado. Si bien febo asomó y trajo tranquilidad, José Palazzo personalmente se encargó de dibujar una cruz de sal en el punto medio de un predio que lució bien, aunque con su pastizal húmedo. El conjuro funcionó y tuvo un estímulo de peso: al final del show de Utopians, que llegó con una encendida versión de Estallando desde el océano, de Sumo, la cantante Barbi pidió hacer fuerza para que se vayan "las nubes horribles que están por ahí". El textual inmediatamente posterior correspondió a los chicos de El Kuelgue, que arremetieron con un "Somos los Tan Biónica" antes de ofrecer un set que elevó a la categoría de estándar al Sin gamulán, de Los Abuelos.

Tras intensas negociaciones con mánagers y revisión de cuestiones vinculadas a la logística, la grilla sufrió algunas modificaciones. La más significativa fue la de la banda mejicana Molotov, que como tenía un montón de personal afectado a documentar el DVD celebratorio de su vigésimo aniversario, le resultaba imposible moverse al martes. Así que a las seis de la tarde ya estaban dispuestos Paco Ayala, Micky Huidobro, Tito Fuentes y Randy Ebright para ofrecer su concierto antología que tuvo todos los éxitos imaginados (AmateurChinga tu madrePutoChangüich a la chichona y Gimme the power), además de estrenos correspondientes a su discoAgua maldita, título que por estos días y por aquí pierde el sentido irónico con el que trabajaron sus creadores. Algunos de los temas tocados por primera vez en Cosquín fueron Oleré y oleré y oleré el UHU (fue la apertura), Lagunas metales(homenajea a varios solistas y grupos del rock argentino) y La raza pura es la pura raza.

Como siempre, los Molotov sonaron abrasadores y potentes, a tono con su carga erótica -sardónica. Y para Frijolero invitaron a Panchito, ya instituido como el armoniquista oficial de este evento. "Eso nos pasa por tocar de día y sobrios", dijo Paco Ayala ante una entrada en falso, lo que reveló que la realización del DVD no llevaba consigo ninguna cuota de estres. Lo único para observarles a los Molotov: más allá del paraguas de incorrección que tienen y que los vuelve inimputables, ya cansa un poco el grito homofóbico "el que no brinca es un puto".

Un rato antes, se había expresado La Que Faltaba, la formación del exPiojos Micky Rodríguez, un asumido frontman que arriesgó un estreno y atendió la voracidad por clásicos interpretando El balneario de los doctores crotos y Como Alí. Obvio, en la noche del cierre de Ciro, el gesto fue muy festejado. El programa principal continuó con El Bordo, con un set al hueso de siete temas. Uno de ellos fue Cansado de ser, que Ale Kurz se lo dedicó a Martín Cisneros, un sobreviviente de Cromañón recientemente suicidado. Por su parte, Santiago Aisine de Salta La Banca tuvo una dedicatoria para otra joven víctima, aunque en este caso de la brutalidad policial: Luciano Arruga.

Ismael Sosa, fallecido hace semanas durante el recital de La Renga en Villa Rumipal en extrañas circunstancias, todavía no fue objeto de ninguna reivindicación ni pedido de justicia.

De ronda

Por supuesto que la circulación de gente no se circunscribió al escenario principal. La cola para reservar la localidad de Fuerza Bruta se alargaba a medida que la tarde crecía, mientras que por los escenarios alternativos se daba el contrapunto de unipersonales entre Roberto Pettinato y Daniel Aráoz. Y claro, el temático heavy tenía a su público fiel bancando las bandas en desarrollo hasta que llegaran los números fuertes: Carajo, Horcas, De La Tierra y Almafuerte. A todo esto, la carpa alternativa servía para tener una polaroid aproximada de la efervescente escena del pop cordobés con Hipnótica y Rayos Láser. En ese zigzagueo, además, el espectador curioso también podía sorprenderse con un hada como Mariana Päraway.

Las Pelotas, el único grupo con asistencia perfecta a Cosquín Rock, se presentó más temprano que de costumbre, pero preservó el sano hábito de ofrecer un concierto impecable. Comenzó con el denso tándem Basta-Orugas-Desaparecido, para endulzar luego con Qué podés dar y Hola, qué tal. Este último tuvo en la pantalla central la a silueta del Bocha Sokol desfilando como un sibarita indomable. Otro aspecto singular del show de Daffunchio y compañía: no eludió la interpretación deSerá, el hit que le permitió al grupo ser popular y masivo. Otros temas de la lista "pelotera" fueron Personalmente, Si supieras, Bombachitas rosas y Esperando el milagro, con Raly Barrionuevo de invitado.

Al cierre de esta edición, Las Pastillas del Abuelo se aprestaba a airear su nuevo disco conceptual y Ciro a hacer lo que mejor sabe, que no es otra cosa que domar multitudes.

Tres momentos de la segunda noche

1. De hijo a padre. La presentación de Roberto Pettinato en el alternativo comenzó con su hijo Felipe bailando Billy Jean, de Michael Jackson, y vestido con una chaqueta dorada. De portarse bien, ni hablar.

2. El consejo de Barbi. La cantante de Utopians, que abrió el escenario principal, pidió hacer fuerza para espantar nubes. Hasta el final del show de Las Pelotas, el conjuro dio resultado. Una superchica contra el clima inestable.

3. La determinación de Molotov. El grupo mejicano tenía previsto grabar un documento audiovisual en la noche del domingo. La lluvia complicó el plan pero no lo abortó. Así que en los próximos meses nos podremos buscar entre la multitud en un DVD de los pinches cabrones.

Comentá la nota