Germán Chiaraviglio desafió sus límites y volvió a la elite

Germán Chiaraviglio desafió sus límites y volvió a la elite

Ganó la medalla de plata en garrocha; con 5,75m mejoró su récord nacional casi diez años después

 Volvió rápidamente hacia atrás y miró la varilla. Sí, allí estaba. Incólume. No se había movido ni un ápice. Entonces, se animó a festejarlo. Finalmente, Germán Chiaraviglio, a los 28 años, consiguió quebrar aquella marca por la que saltó a la fama a los 19 años. En el Mundial de Pekín de 2006, logró un registro de 5,71 metros y fue campeón mundial, con récord de la categoría incluido. Ayer, bajo el sol de Toronto, en el estadio de atletismo CIBC, el santafecino saltó 5,75 metros, consiguió su mejor marca personal, récord argentino y se llevó la medalla de plata. También intentó 5,85m y falló.

¿Quién hubiera pensado que le costaría casi una década quebrar esa marca? En el medio, sufrió dos fracturas y nueve perforaciones en su tobillo izquierdo para que el hueso volviera a vivir. Al costado de la pista lo esperaban su hermana Valeria, que se entrena con él, y su madre Miriam Ermácora, quien llegó corriendo al estadio porque por un vuelo demorado por poco se pierde la actuación de su hijo. "Germi es pensante", así lo describe su madre, que completa: "Tiene una fortaleza extraordinaria. Otra persona hubiese dejado de competir. Él sabía que iba a saltar alto", dijo Miriam sobre los años de lesiones que ennegrecieron el futuro de Chiaraviglio. Pero el atleta santafecino jamás pensó en abandonar la garrocha: "Muchos años de no saltar alto te bajonean bastante. Porque saltar 20, 30 centímetros menos de lo que salté cuando tenía 19 años. Y me decía 'la pucha, ¿hasta cuándo? ¿Será que no me da más o seguiré compitiendo?, ¿volveré a este nivel?'", confió el santafecino después de la ceremonia de premiación.

-¿Alguna vez habías intentado saltar 5, 85 metros?

-No. Era la primera vez. Pero ya no me importaba, si me ponían 6,50 metros capaz que lo saltaba [se ríe]. Uno cuando está ahí no lo dimensiona. A medida que pase el tiempo, me voy a dar cuenta".

La progresión de Chiaraviglio en el año indicaba que algo podía suceder en los Juegos Panamericanos de Toronto. En marzo, en Santa Fe, consiguió la marca de 5,65m y sacó su pasaje para el Mundial de Pekín, que se hará entre el 22y el 30 de agosto. Después, en junio, fue campeón Sudamericano y alcanzó 5,70m para clasificarse a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. El santafecino intenta explicar las razones de su resurgir como atleta de élite: "Lo que me destrabó no fue una cosa, fue un conjunto. Siempre pensé que físicamente las condiciones las tenía. No sabía cómo, ni cuándo, no le encontraba la forma. Entrenaba de un modo y del otro. Y tenía dolores. Me pareció importante cuando hicimos la revisión de 2014 con Roque [Ríos] mi entrenador, y Vale, y la gente que está conmigo, mi psicólogo [Marcelo Márquez, colabora con Ricardo Gareca en la selección peruana], de ver los puntos que yo tenía que mejorar. Me faltaba a lo mejor un poco de velocidad al final. Pero no porque faltara físicamente, sino porque yo estaba sin confianza. Esa fue un poco la clave. Y la confianza se construye".

Como vigente campeón mundial juvenil, Chiaraviglio se subió al podio en los Panamericanos de Río 2007. Fue bronce. En ese entonces estaba predestinado a hacer cosas superiores, pero por un motivo u otro su carrera sufrió postergaciones. En Guadalajara 2011 quedó cuarto. Ayer estuvo cerca del oro, pero el canadiense Shawnacy Barber logró pasar los 5,80m. Se favoreció con un par de actuaciones bajas del norteamericano Jake Blankenship (este año saltó 5,80, pero ayer se quedó en 5,40) y del brasileñoThiago Braz (2°del ranking mundial con 5,92 pero que ayer hizo tres nulos en 5,40). No es sólo suerte. Tomó la oportunidad con personalidad. Desafió sus propios límites para hacerse dueño de esa medalla de plata.

-¿Cuál fue el camino para recuperar la confianza?

-Me pareció importante volver a ciertos elementos que a mí me daban confianza. Por ejemplo trabajar algunas cosas de la fuerza, del desarrollo de la fuerza en las piernas. Que no son ejercicios específicos de garrocha, pero que a mí, particularmente me hacían bien. Abrazar las cosas que a vos te hacen bien.

-¿Te destrabaste?

-Sí, se pudo. Ahora sigamos con este envión y ojalá que me dure un par de años...

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