El fujimorismo se acerca al poder

El fujimorismo se acerca al poder

A una semana de los comicios, los analistas coinciden en que la hija del ex dictador ganó respaldo con el clientelismo y un discurso de mano dura. Su rival, el candidato neoliberal Kuczynski, tuvo una campaña pasiva, que recién en los últimos días tomó impulso.

 Por Carlos Noriega

Página/12 En Perú

Desde Lima

El fujimorismo, con toda su carga de autoritarismo, violaciones a los derechos humanos, corrupción y vínculos con el narcotráfico, se acerca otra vez al poder. A una semana de las elecciones, la candidata Keiko Fujimori aparece como la favorita para ganar el ballottage de este 5 de junio. Cuatro encuestadoras le dan a la hija del encarcelado ex dictador Alberto Fujimori una ventaja de entre cuatro y ocho puntos sobre su rival, el economista neoliberal Pedro Pablo Kuzcynski.

Los últimos sondeos que se pueden publicar antes de la elección del domingo, le otorgan a Keiko entre 43 y 46,5 por ciento, y a PPK, como se le conoce a Kuczynski, entre 38 y 40,8 por ciento. Sin embargo, todavía hay un alto porcentaje de electores, entre los abiertamente indecisos (entre cuatro y siete por ciento) y quienes responden que votarían en blanco (entre nueve y 12 por ciento), que aún no definen su respaldo a ninguno de los dos candidatos, lo que da un margen de movimiento en esta última semana de campaña.

Al momento del envío de esta nota, se desarrollaba el segundo y último debate entre ambos candidatos. En el primer debate la candidata del fujimorismo sacó ventaja. “Me comenzaron a insultar y me agarraron desprevenido, ahora estoy prevenido”, declaró Kuczysnki antes de ingresar al debate de ayer, haciendo referencia a su opaca actuación y su falta de reacción frente a los ataques de su rival en el primer debate.

Kuczynski abrió el debate de ayer, decisivo para sus aspiraciones. Esta vez, a diferencia del primero, estuvo menos pasivo y se puso a la ofensiva desde un inicio. Comenzó recordando el régimen autoritario de Alberto Fujimori, diciendo que su hija representa “una amenaza letal para la democracia” y pidió “terminar con esa amenaza”. A su turno, Keiko Fujimori no respondió el cuestionamiento y se quejó de una supuesta guerra sucia en su contra.

Cuando habló de economía y promoción del empleo, la candidata del fujimorismo dijo que un eventual gobierno suyo defenderá los derechos laborales y pondrá en marcha una economía de inclusión. En su respuesta, PPK recordó que el régimen fujimorista dejó el país en el año 2000 en una grave crisis económica, pero dejó pasar la ocasión para recordar que fue el gobierno fujimorista el que eliminó una serie de derechos laborales, que ahora Keiko dice defender, y puso en marcha un modelo económico caracterizado por la exclusión.

Al cierre de esta edición, continuaba el debate. Comenzaba el bloque sobre transparencia y lucha contra la corrupción. Keiko inició diciendo que en su gobierno “no habrá espacio para la corrupción”, algo que sonó a un mal chiste viniendo de quien representa la restauración del que es considerado uno de los gobiernos más corruptos en la historia del país. Kuczynski le recordó a su rival los vínculos de miembros de su partido con el narcotráfico y las acusaciones de lavado de dinero contra varios de sus congresistas y financistas de su campaña. “Solo ha cambiado la máscara, la corrupción es la misma”, dijo PPK, comparando al fujimorismo actual con el del gobierno de Alberto Fujimori.

Sorprendentemente, el alza de Keiko Fujimori en las encuestas en estas últimas dos semanas coincide con las denuncias de vínculos con el narcotráfico de algunos de sus cercanos colaboradores y principales financistas. La denuncia más notoria, pero no la única, ha sido contra el congresista y secretario general del partido fujimorista, Joaquín Ramírez, quien luego que hace dos semanas se revelara que es investigado por la DEA, la agencia antinarcóticos de Estados Unidos, abandonó su cargo partidario, aunque sigue siendo parlamentario, principal financista de la campaña fujimorista y parte del círculo más cercano de Keiko.

“Las denuncias contra Joaquín Ramírez no han tenido mayor impacto en la candidatura de Keiko porque los sectores populares no están muy informados del tema. Ramírez, a pesar de ser congresista y tener un cargo importante en el partido fujimorista, no es un personaje muy conocido, es alguien de perfil bajo”, le señaló a Página/12 Luis Benavente, especialista en comunicación política y director de la consultora Vox Populi.

Kuczynski ha tenido una campaña desconcertantemente pasiva, sin energía, sin confrontar con su rival, sin recordarle con suficiente claridad el pasado y presente del fujimorismo en lo que se refiere a corrupción, derechos humanos y autoritarismo, algo que recién ha comenzado a hacer en los últimos días. Y no ha sabido plantear claramente esta elección como una disyuntiva entre democracia y el peligro del regreso del autoritarismo, algo que, coinciden los analistas, es clave.

Terminada la primera vuelta, sin hacer mucho Kuczysnki se puso primero en las encuestas iniciales, aglutinando el voto antifujimorista, que votaba por él como el mal menor. Pero siguió sin hacer mucho para consolidar ese apoyo, no logró conectar con los sectores populares, y las cosas se dieron vuelta. Recién luego de su derrota en el primer debate presidencial y con las encuestas en su contra, parece haber reaccionado algo, y ha intentado pasar a la ofensiva. Pero los errores de su campaña ya le han pasado la factura. Keiko ha sido bastante más activa. Ha ganado respaldo con el clásico clientelismo fujimorista en los sectores populares y con un discurso de mano dura contra la delincuencia.

“La campaña de PPK ha sido muy mala, ha tenido un equipo de campaña muy mediocre. Keiko ha jugado mejor sus cartas en esta campaña. Su triunfo en el primer debate la ha ayudado a consolidar su ventaja. Veo difícil que esa ventaja que tiene Keiko se revierta, pero PPK todavía tiene un pequeño margen de juego para intentar ganar”, señala Benavente.

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