El fuego no puede doblegar la voluntad de los scouts

Las pérdidas rondan los 400.000 pesos. Está en marcha una campaña solidaria para reponer carpas y mochilas. De la aventura en Claromecó quedan vivencias inolvidables.
Ni el Día de Reyes, ni los centenarios árboles de la estación forestal ni las carpas, las mochilas, la comida y las ropas de los scouts de la parroquia San Pantaleón. El fuego pudo con todo eso el primer lunes del año en Claromecó, menos con las ganas de un grupo de chicos y jóvenes que ya emprendió una campaña para reponer todo lo perdido.

Guillermo Gómez, dirigente de la rama Manada (de 7 a 11 años), valúa los efectos arrasados en más de 300.000 pesos. Incluso él lamenta su flamante carpa personal con capacidad para cuatro personas, de la que sólo había pagado la primera cuota.

En total, el incendio terminó con más de 20 carpas completas y los más diversos efectos de los chicos.

“Como necesitamos de todo se puede ayudar con lo que se pueda”, indica Giselle Vespa, colaboradora de la agrupación del barrio Bella Vista.

Claro que más allá de las cosas perdidas quedan los recuerdos de una aventura muy intensa, cuya magnitud parece ganar fuerza a medida que pasan los días.

El campamento había comenzado el domingo 5 con 70 scouts de 7 a 21 años, sus dirigentes y familiares. En total, 70 personas dispuestas a disfrutar de una semana frente al mar desde el impresionante bosque de la playa más importante del partido de Tres Arroyos.

El lunes 6, después del desayuno y con los chicos todavía abriendo los regalos de Reyes, una columna de humo que llegaba desde la ruta 73 encendió la alarma. Franco Baglioni, el responsable del grupo, tras constatar la gravedad del problema, avisó que había que evacuar.

El fuego avanzó con una rapidez inusitada y a los pocos minutos el aire se volvió irrespirable.

“Salvo las mochilas que no se habían desarmado, las bolsas de raciones y de dormir, dejamos todo, incluso el camión donde llevamos las cosas y el colectivo donde viajamos, cuyo dueño se había ido a Tres Arroyos. El cielo se puso rojo y empezamos a movilizarnos hacia la única salida que conocíamos, pero de allí venía el fuego, que estaba a pocos metros. En ese momento tan crítico mi papá Walter, que es chofer de la línea 509, corrió hasta el colectivo, se encontró con las llaves puestas, lo arrancó y nos salvamos. Cuando miramos hacia atrás, el campamento estaba en llamas”, cuenta Guillermo.

En una rara pirueta, el incendio pasó por el costado del camión, al que sólo le afectó la lona

“En nuestro caso, estamos preparados para afrontar al viento y la lluvia pero no al fuego. Los chicos no se desesperaron, asumieron que había que actuar con prontitud y, salvo una torcedura de tobillo, ni hubo lesiones”, agrega Guillermo mientras muestra cómo quedó un termo tras el paso de las llamas.

Después del susto, otra vez en casa, hay mucho para hacer porque hay que pensar en el próximo campamento y porque un scout siempre está listo.

Dónde se puede colaborar

Bono contribución. Está en marcha la venta de un bono solidario de 50 pesos, disponible en Garay 1416, sede de la agrupación. En esa misma dirección la comunidad puede entregar donaciones o anunciarlas en el teléfono de Franco Baglioni, jefe del grupo, número 154077923.

Temperaturas. Guillermo Gómez estima que el campamento quedó expuesto a más de 700 grados y que las ollas, por ejemplo, fueron completamente derretidas.

Voracidad. En unas cuatro horas, el lunes 5 el fuego devastó 1.500 hectáreas de la estación forestal. Claromecó sufrió su más grande incendio en 2001, el que se extendió por un semana.

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