El financista Benedit tenía una deuda de más de US$ 1.400.000

Su familia comenzó con la sucesión y se presentó en concurso preventivo. Investigan si lo instigaron al suicidio.

Los investigadores tienen la certeza de que Mariano Benedit (31) se mató de un tiro en la cabeza, pero aún no despejaron todas las dudas sobre la posibilidad de un instigador. La hipótesis es que el asesor financiero que apareció muerto hace seis meses –el 17 de diciembre pasado– en la Costanera Sur estaba asfixiado económicamente y manejaba grandes sumas de dinero a través de una “cueva” financiera. Ayer se conoció que su familia comenzó con la sucesión y se presentó en concurso preventivo, instancia previa a la quiebra. En ese edicto judicial figura una deuda de casi 1,5 millón de dólares.

Esta causa por el concurso tramita en el Juzgado Comercial N° 1 de Capital Federal por un pasivo en blanco estimado en US$ 1.408.130,74. Pero el tendal de deudas que dejó Benedit tras su muerte sería mucho más importante, ya que los movimientos de dinero que realizaba a través de la “cueva” situada en Esmeralda al 1000 no estaban declarados.

Muchos de los acreedores que tenía se presentaron a declarar ante la fiscal Graciela Bugeiro en los primeros días de la investigación sobre su muerte. Allí trascendió que mantenía deudas por al menos US$ 750.000.

Benedit estaba casado, acababa de ser papá primerizo y era miembro de una familia adinerada de General Belgrano, a 160 kilómetros de Capital. El martes 16 de diciembre salió de su departamento, se dirigió al Banco de Valores y sacó dinero (US$ 250.000) de una caja de seguridad. Luego fue hacia los oficinas de la familia, dejó las llaves y volvió a su casa. Alrededor de las 12.30 salió otra vez.

Tenía varias reuniones pautadas para esa tarde, pero no fue a ninguna. El miércoles, 27 horas después, apareció muerto de un disparo en la cabeza. Tenía un arma 9 milímetros cerca de su mano derecha y restos de pólvora que indicaban que él había disparado.

La División Homicidios de la Federal allanó la cueva que funcionaba bajo la fachada de una agencia de turismo en la calle Esmeralda, pero no encontró ninguna computadora. La familia de Mariano parecía entonces inmersa en el desconcierto total. En aquel momento descartaban la posibilidad de un suicidio e incluso su madre, Cristina Wehmeyer, llegó a hablar de un posible robo.

Pero la causa se orientó a profundizar sobre los vínculos financieros que mantenía Benedit, convencidos de que la clave estaba en sus manejos de dinero. La moto en la que había salido de su casa nunca apareció (la habrían robado). Y se habló de la relación que el asesor pudo haber tenido con una mujer de nacionalidad peruana y el mercado negro de dólares falsos.

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