Los vecinos de Munro vivieron una mañana agitada y cargada de tensión por una larga toma de rehenes en una vivienda familiar, que provocó un espectacular operativo de al menos tres grupos de seguridad.

Todo comenzó pasadas las 5 de la mañana, cuando tres malvivientes que escapaban de la policía irrumpieron por los techos de una vivienda ubicada en las intersecciones de General Carlos María de Alvear y Malaver, donde retuvieron a un matrimonio de ancianos.

El escenario se volvió tan complejo que tuvieron que pedir la intervención de tres grupos de seguridad: hombres de Infantería, el Grupo Halcón y el GAD se apostaron en techos e interiores de casas contiguas al lugar donde se desarrollaba el hecho policial.

Los delincuentes exigían la presencia de un fiscal que luego de varias horas llegó a la zona: Marcela Semería, de la UFI de Vicente López, negoció con los delincuentes a través de dos mediadores del Grupo Halcón.

El lugar estuvo totalmente cercado desde las 7 de la mañana: los vecinos no pudieron salir de sus casas, ni siquiera para ir a trabajar y tuvieron que seguir desde sus domicilios las alternativas de un episodio que por momentos parecía una película dramática.

La tensión fue en aumento porque los malvivientes no querían entregarse; por el contrario, solicitaban un auto para escapar con los rehenes. Hasta que pasadas las 11.30 todo terminó.

"¡Las manos en la nunca, pongan las manos en la nuca!", les gritaron efectivos del Grupo Halcòn a los tres responsables de la toma de rehenes, cuando advirtieron que los tenían a tiro en una especie de patio. "No tenemos nada, no tenemos nada", se resignaron los tres hombres.