Sin feriado para la indignación vecinal en Ampliación Ferreyra

Sin feriado para la indignación vecinal en Ampliación Ferreyra
Por más de cinco horas, un grupo de jóvenes intentó quemar la casa de uno de los detenidos por la muerte de dos adolescentes. Heridos y tensión.
El sentimiento de una justicia que no llega. De algo que se podría haber evitado. A lo que se conjugó la bronca, la rabia y la barbarie.

Fue el cóctel que se vivió ayer por la tarde en barrio Ampliación Ferreyra, en la periferia sur de la ciudad, donde ya había existido algunos indicios graves en la noche del domingo.

La indignación de los vecinos por la muerte de dos adolescentes de 14 y 15 años, atropellados cuando se movilizaban con una motocicleta por un vehículo VW Gol, que habría estado realizando una “picada” con otro rodado por las calles del sector, tuvo su punto cúlmine cuando decidieron hacer “justicia por mano propia”.

Todo un barrio reclamó justicia

Desde niños hasta ancianos, todo un barrio se movilizó por las calles reclamando justicia por Agustín y Enrique, los adolescentes que fueron víctimas de la inseguridad vial que se vive en cada rincón de nuestra ciudad, la provincia y el país.

Fuera de los exaltados, los vecinos de Ampliación Ferreyra pidieron a las autoridades que los autores del accidente de tránsito no salgan de la cárcel.

«Son chicos que recién empezaban a vivir. Eran excelentes. No tenían problemas con nadie», comentaba a este cronista un vecino del lugar, que no justificaba el violento momento que vivía el lugar.

El domingo por la noche había atacado la dependencia policial del barrio, donde también atacaron el vehículo que protagonizó el accidente, que había sido secuestrado por la Policía.

A esa altura ya habían sido detenidos los presuntos autores de la tragedia, identificados como Oscar Gómez (31) y Javier Navarro (30), puestos a disposición del fiscal Víctor Chiappero, quien hoy les podría imputar “homicidio culposo”.

Pero eso no alcanzaba y ayer, luego de los sepelios de los jóvenes Agustín y Enrique, el dolor se combinó con la locura enceguicida por el dolor.

Poco después de las 13, un grupo de 30 a 40 personas, muchos de ellos jóvenes amigos de las víctimas, comenzaron a apedrear la casa de Gómez, que ya en la madrugada había sido desalojada por los uniformados ante un inminente ataque. Otras viviendas de familiares cercanos a los involucrados también había sido evacuadas.

Con la presencia de un centenar de efectivos, entre la Guardería de Infantería, el Eter, Bomberos y personal del distrito 5 de la Policía, el “choque” con los exaltados era un hecho.

El cruce de piedras (arrojadas a mano o con gomeras) y bombas Molotov, a los que los uniformados respondían con balas de goma, arrojaron al menos cinco policías con lesiones y un número similar en las filas de los jóvenes.

Durante cinco horas aproximadamente, los muchachos se replegaban en busca de proyectiles y volvían a embestir contra el cordón policial, que trataba de proteger la casa que ya mostraba sus vidrios rotos. Incluso el sonar de una “batucada” animaba a los jóvenes en cada “carga” hacia el personal de seguridad.

Por momentos, los cruces se convertían en un dantesco espectáculo, que era seguido y comentado por vecinos, muchos de los cuáles disfrutaba de un mate con criollitos en el jardín de la casa.

Anoche la Policía no registraba detenidos por la tensa jornada de ira.

La lluvia apaciguaría la calurosa tarde del lunes feriado y también llevaría la situación a una tensa calma en barrio Ampliación Ferreyra.

Alta velocidad que se lleva vidas

Calles parcialmente iluminadas, libres de obstáculos pero atestadas de niños jugando, son el panorama que muchas veces que se viven por las noches, en las que motocicletas y automóviles son dueños de las arterias, en las que se circulan a alta velocidad.

«Esto es tierra de nadie, y la alta velocidad en las noches y madrugadas es algo común», indicaron los frentistas.

Fue así que en un momento de la tensa tarde que se vivió en Ampliación Ferreyra, en la periferia sur de la ciudad, un grupo de vecinos se acercó a las autoridades policiales y pidió por soluciones. «Aunque sea que nos autoricen a poner unas lomadas», dijo uno de ellos.

Se prevé que esta tarde habría una reunión con autoridades provinciales y municipales para lograr una solución en la materia.

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