La falta de federalismo y de sentido común

La falta de federalismo y de sentido común

El federalismo debe ser algo más que una declamación para la tribuna política o párrafos de letra muerta en la Constitución nacional.

El federalismo hay que ejercerlo con actos que sean coherentes con la idea de un país que tenga en cuenta el valor, los derechos y las necesidades de todas las provincias. Y, porque vale la pena mencionarlo, con el sentido lógico que debe tener una gestión de gobierno.

La posibilidad de que se abran las fronteras para el ingreso de ciudadanos de países vecinos es una oportunidad clara para reactivar sectores que fueron de los más golpeados durante la pandemia. Que no se tengan en cuenta las cuestiones geográficas para tomar este tipo de decisiones no sólo habla de la falta de planificación estratégica, sino que deja al desnudo un sistema basado en la improvisación.

Si Mendoza no puede ser puerta de entrada de los visitantes chilenos, o si esa posibilidad no fue tenida en cuenta desde el principio, entonces no queda otra que remitir a un desconocimiento total del país como un conjunto de territorios que tienen sus propias lógicas y que, en ocasiones, poco tienen que ver con las visiones sesgadas de la Casa Rosada.

Obligar a quienes quieran cruzar la cordillera a llegar primero a Ezeiza, como escala previa a su destino final, es ignorar la dinámica del tránsito turístico que existe entre Chile y nuestra provincia.

Pero va más allá de ese detalle. Centralizar las operaciones en un aeropuerto que está a cientos de kilómetros de todas las provincias que componen el llamado interior es un acto de discriminación que va en detrimento de las economías regionales.

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