La eutanasia infantil empieza a abrirse paso en Europa

La eutanasia infantil empieza a abrirse paso en Europa
Bélgica está por aprobar una ley. Sería el segundo país en aceptarla, después de Holanda.
Bélgica puede convertirse pronto en el segundo país del mundo, tras Holanda, con una ley de eutanasia infantil. Los senadores de las comisiones de Asuntos Sociales y Justicia aprobaron el miércoles con 13 votos a favor y 4 en contra la ley que amplía la eutanasia a los menores de edad si se cumplen ciertas condiciones. El voto debe ser ratificado por el plenario de las dos cámaras del Parlamento, pero a estas alturas se descarta una marcha atrás.

La ley impone varias condiciones.

En primer lugar, un psicólogo tendrá que establecer que el menor tiene capacidad de discernimiento. Sólo se podrá aplicar la eutanasia a menores que sufran dolores físicos insoportables, con enfermedades incurables o en fase terminal. No se ha puesto un límite de edad, como los 12 años que rigen en Holanda. El equipo médico que los haya tratado tiene que estar de acuerdo, así como sus padres.

Aunque votaron a favor, los ecologistas intentaron que no fuera necesario el acuerdo de los padres del menor, porque según ellos es contradictorio con el reconocimiento de la capacidad de discernimiento del niño.

La norma prohíbe que sean los padres quienes pidan la eutanasia para el menor. Las estimaciones de los expertos que han pasado por el Senado belga auguran que sólo entre 10 y 15 menores de edad cumplirían las condiciones cada año.

Todos los partidos políticos, excepto los democristianos flamencos y francófonos y la extrema derecha flamenca, votaron a favor de la ley. La norma nace con un gran consenso y la proposición de ley fue presentada en común por senadores de cuatro partidos: socialistas francófonos y flamencos, y liberales francófonos y flamencos.

Pero el padre de la ley es el senador socialista Philippe Mahoux, el mismo que en 2002 escribió la ley que autorizó por primera vez la eutanasia en Bélgica. Desde entonces se producen entre 1.000 y 1.500 eutanasias de adultos por año, en un país que acaba de llegar a los 11 millones de habitantes.

La eutanasia representa ya el 2% de las muertes en Bélgica. Y, de alguna forma para apoyarla, se acogieron a ella figuras públicas como el escritor Hugo Claus, favorito al Nobel de Literatura durante años.

La norma lleva meses discutiéndose y por el Senado han pasado decenas de expertos, desde pediatras hasta médicos forenses, pasando por psicólogos infantiles. La profesión médica apoya mayoritariamente la extensión de la eutanasia a niños y adolescentes, porque hasta ahora sólo podían enfrentarse a casos así cometiendo una ilegalidad.

Entre la población tampoco parece haber dudas. Según un sondeo del diario francófono La Libre Belgique, más del 75% de los belgas apoyan la nueva ley.

Los críticos de la nueva norma dicen que en realidad no es más que una ley símbolo, que se utilizará en muy pocas ocasiones y que los médicos, tras hablar con el menor y sus padres, ya suministran medicamentos que aceleran la muerte de niños con enfermedades incurables y terminales, sin que hasta ahora se haya producido ni una denuncia.

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