¿Qué importancia tiene para usted la Semana Social?

“Todo encuentro donde se pueda reflexionar y encontrar distintos actores que pueden estar pensando y opinando acerca del tema social es clave. Y lo que la Pastoral viene generando año tras año es un espacio propicio para ello. Es un escenario adecuado para exponer las distintas visiones, las vivencias y también las expectativas sobre cada momento social en Argentina. Es no solo una referencia de todos los años importante y orientadora. También ayuda en su reflexión a todos. Es bueno escuchar, participar y llevarse de la Semana Social opiniones, sugerencias, críticas a ciertos temas, conocimientos sobre problemáticas y pensamientos de situaciones donde ninguna de las temáticas sociales queda excluida, eso es muy rico”.

¿Cómo califica la gestión del actual presidente acerca de las distintas problemáticas sociales?

“Uno desea que haya más instancias concretas de encuentro. Que haya una real vocación de diálogo para encontrar a todos los actores sociales sabiendo que hay dificultades. Pero siempre la dificultad se supera cuando está puesta sobre la mesa y todos participan. Creo que en eso el Estado tiene que tener un rol ineludible. Me parece que allí es central que el Estado sea el convocante a los distintos sectores del trabajo y de la producción. La preocupación sobre el empleo es un elemento central. El trabajo en cada familia es clave en una estructuración social diferente y cuando hay algunas instancias que aparecen poniéndolo en riesgo y sin dudas que hay un deseo por que aparezca el Estado juntando las partes, clarificando y generando las condiciones necesarias para sobrellevar momentos difíciles. Argentina tuvo momentos complicados en su historia y se pudo salir cuando hay un esfuerzo conjunto. Lo deseable es que esta etapa no sea la excepción. Que tengamos la posibilidad de diálogo concreto”.

Por último, ¿qué conclusiones realiza de los primeros cinco meses de gestión de Macri?

“Lo que uno siente es que hubo una transición muy difícil donde no se resguardó adecuadamente las posibilidades del seguimiento de los precios. Lo que generó una real pérdida de poder adquisitivo de muchos sectores sociales y que, en definitiva, algunos de los planteos que la devaluación no se iba a trasladar a pesos finalmente se dio. Y ocurrió en los sectores sociales con más necesidades. Entonces, estas cosas son las que preocupan y uno desea que el gobierno corrija rápidamente esas situaciones. Que no se generen instancias de preocupación o ausencia de Estado no protector en los momentos de transición donde el más fuerte y dominante pueda aprovecharla para maximizar su situación en detrimento de aquellos que dependen de un salario y que no tienen otras herramientas para hacer frente”.