Emoción, ovaciones y brindis en la sede de INVAP en el lanzamiento del ARSAT

No podía ser de otra manera, si en los kioscos, restaurantes y en miles de hogares de nuestra ciudad se siguió con atención el lanzamiento del ARSAT 1, en INVAP fue una verdadera fiesta. Alrededor de 800 personas se concentraron en la sede de la empresa barilochense para seguir las alternativas de un hecho histórico para el país y, por supuesto, para la ciudad.

Poco a poco el salón, especialmente adaptado para la ocasión, se fue poblando de trabajadores de INVAP y muchos invitados especiales. Con el correr de los minutos la ansiedad se fue haciendo cada vez más notoria y ni que hablar cuando se frenó la cuenta regresiva en el minuto siete por algunos inconvenientes. 

Pero al reanudarse el conteo, pasadas las 18.30, esa ansiedad fue en aumento. Se habían dispuesto numerosos televisores a lo largo y a lo ancho del salón para que nadie se perdiera ningún detalle y todas las miradas estaban puestas en ellos.

No podía faltar un lunch, con empanadas y gaseosas y jugos, pero a medida que se acercaba la hora clave todo quedó de lado. Los primeros aplausos y vítores se produjeron cuando las cámaras enfocaban a los representantes de INVAP que viajaron a Guyana para estar en ese momento histórico, pero el primer estallido se produjo en el momento del exitoso despegue del cohete que llevaba al satélite ARSAT.

Pasados esos momentos, la tensión fue en aumento a la espera del momento que se produjera el desprendimiento y cuando ello sucedió, volvieron los aplausos y abrazos que se reprodujeron en todos los sectores del poblado salón.

Pero algo faltaba para que la felicidad fuese completa. Que el satélite se desplegara y se comenzaran a recibir las primeras señales. Con ello, la felicidad fue completa y sin límites, por enésima vez se produjeron aplausos y no faltó a quien se le escapara una lágrima de emoción.

¡La tarea estaba cumplida!

Y allí sí se “soltaron” todos, aparecieron copas de champagne para los presentes y un brindis cerró esta jornada tan especial para todos los trabajadores de la empresa barilochense que terminaron con el “pecho inflado” y la cabeza bien arriba.

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