El ejemplo que nos deja el futsal

El ejemplo que nos deja el futsal
La División de Honor jugada en Ushuaia dejó algunas situaciones para aprender del deporte amateur.

Son jóvenes, todos tienen otros trabajos y familias que atender, tienen amigos, novias, algunos tienen esposas y también hijos. Son personas comunes unidas por una sola pasión, el futsal.

Salen de trabajar y con el bolso en el brazo llegan al club, a veces es de noche y hace frío o llueve, pero no importa porque hay entrenamiento. Ellos no cobran por jugar, ellos pagan la cuota, se compran su ropa y se la lavan. Ellos llegan a los partidos en sus autos, sus motos, sus bicicletas o en colectivo. Son deportistas amateur en todo el amplio sentido de la palabra.

Ellos, que juegan al futsal en Mendoza, sueñan con llegar a lo máximo. En la Argentina lo máximo es la División de Honor. Un torneo que reúne a los 32 mejores equipos del país y consagra al campeón nacional. Ese campeón viaja al Sudamericano a representar a la Argentina.

Este año, la División de Honor se disputó en Ushuaia, la ciudad más austral del mundo. Hasta allí llegaron 7 planteles mendocinos formados por entre 13 a 17 personas. Todos pidieron permiso en el trabajo, todos pagaron entre 3500 y 4500 pesos, que significan el traslado y la estadía en el “fin del mundo”. Para algunos es más fácil, para otros es un esfuerzo titánico.

Municipalidad de Luján, Talleres B, Regatas y Don Orione no tuvieron suerte y quedaron en el camino en primera ronda. Don Bosco se quedó en octavos, Jockey en cuartos y Talleres A llegó a la final y perdió ante un equipo formado por extranjeros profesionales. Sin embargo, eso no era lo que más importaba.

Casi todos los planteles mendocinos que ya habían sido eliminados asistieron a los cuartos de final donde Talleres enfrentó al local Casa de Magallanes. Los mendocinos se apoyaron. Ante la adversidad de jugar de visitantes ya no fueron tan visitantes. Sus rivales de cada viernes, aplaudieron sus jugadas y gritaron sus goles.

Se conocen desde chicos, se respetan, saben del esfuerzo que hay detrás de cada uno sin importar la camiseta que usan. Talleres llegó a la final, pero casi todos los mendocinos tenían pasaje para volver antes. Jockey, que aún estaba en la ciudad, los acompañó. El Matador cayó contra el poderoso Itapúa y la hazaña quedó a centímetros de los dedos.

Ninguno salió campeón, algunos trajeron medallas y otros nada. Sin embargo todos van a estar mañana, en el club como siempre, para prepararse y empezar a ahorrar para el próximo viaje, el próximo sueño. Por eso, a veces, a los superprofesionales les exigimos un poquito de ese espíritu amateur.

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