Irene Natalia López es profesora en La Unión, Rivadavia Banda Sur. Tiene título de licenciada en historia y un doctorado en ciencias sociales. Trabaja en el terciario del pueblo y hasta hace poco en el secundario de la escuela técnica 3170, donde fue nombrada directora, aunque nunca llegó a asumir “por cuestiones políticas”. Su caso es un ejemplo de lo que le ocurre a muchos educadores. Obtienen los mejores puntajes en los concursos por los puestos laborales, pero los cargos quedan para allegados a los poderes municipales de turno. Esta vieja práctica, según denunció en El Tribuno, la tiene “acorralada”. Por pretender el puesto de directora tuvo que tolerar insultos de punteros políticos llegados de otros pagos, que por la radio local la trataron de prostituta. Ahora le impiden presentarse a trabajar y dar clases como profesora.

El secundario de La Unión pertenecía a los padres dominicanos y pasó a manos del Estado en 2013. El 21 de noviembre de 2012, la profesora fue nombrada por el obispo Marcelo Colombo directora del establecimiento. La designación llegó a la Secretaría Técnica de Educación Privada. “Nunca me tomaron declaración jurada, porque entiendo que no es un requisito en una institución privada. Supuestamente ya estaba designada, pero el supervisor general de Educación Privada me informó que tenía que esperar que se reubique la directora saliente. Cuando el colegio pasó al Estado, en enero de 2013, el Ministerio de Educación no respetó el acuerdo para darle continuidad a ese proyecto educativo y nunca fui nombrada directora”, explicó López.

Irene y su esposo, que también es docente, se declaran como “oposición al gobierno municipal” y, según la profesora, esa es la verdadera causa por la que ella y su marido cada vez cuentan con menos horas de trabajo. En 2011 concursó para ser profesora del terciario nuevo de Rivadavia Banda Sur, que es un anexo del establecimiento de Morillo. Obtuvo las mejores calificaciones y fue asignada en algunas materias. El nuevo terciario estuvo sin director de 2010 a 2013. “Normalizan la situación nombrando a una profe recién recibida y eso me da la sensación de que la estaban esperando para ese puesto. Cuando no se nombra al mejor, al que más estudios y puntajes acredita, entonces el único mérito es estar a favor del Gobierno”, dijo.

“Este año nos damos con la sorpresa de que el dictado de horas en el terciario no se designaba por concurso sino por perfil. Los concursos están supuestamente para defendernos de las designaciones a dedo, pero acá parece que no se enteraron. Por eso mismo fue asignado un profesor, hermano de la rectora, que quedó en quinto lugar en los puntajes, sin contar con ningún tipo de especialización”, dijo López, que en su postulación para el puesto obtuvo 208 puntos, contra los 109 del docente que finalmente se quedó con el cargo. Como López sacó el mejor puntaje entre los cinco aspirantes al cargo, en esa ocasión presentó un descargo formal en el ministerio de Educación. “Las horas de clases que yo daba ahora las tiene asignadas un profesor que sacó la mitad de mi puntaje y no cuenta con ninguna especialización. No digo que sea mal profesor, pero está recién recibido”, agregó.

López tenía 14 horas asignadas en 2013 y este año solo le quedan 6, según contó. “Estoy pensando en renunciar, pero yo quiero enseñar y para eso me formé toda la vida. Soy licenciada; tengo una diplomatura en didáctica de las ciencias sociales otorgada por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, pero sin embargo me dicen que no tengo perfil para enseñar didáctica”, argumentó.