Se han retenido 17 vehículos con adulteraciones en lo que va del año, es el resultado de los operativos encarados por la División de Sustracción de Automotores de la Dirección de Investigaciones de la Policía de Entre Ríos. La repartición que siempre centralizó su actividad en la planta verificadora de avenida Zanni y Crisólogo Larralde, en Paraná, ahora modificó su modalidad de trabajo respondiendo a nuevas directivas. Los controles en la vía pública que comprenden a vehículos que circulan por las calles de la ciudad, también abarca a agencias “informales” y oficiales de venta de rodados.  

 

Desde que asumieron las nuevas autoridades, a fines de abril, fueron retenidos 4 vehículos(dos de ellos en la vía pública y otros dos en la planta verificadora) con adulteraciones en el motor y el chasis, que se suman a los 13 que se habían retenido desde enero a la fecha.

 

“Controlamos todos los vehículos para que la ciudadanía no compre algún automóvil que tenga anomalías en su motor o en su chasis.

 

Así podrá evitar inconvenientes luego para hacer la transferencia a su nombre y que no tengan el peligro de perder un bien que compraron por haberse detectado una adulteración”, informó a UNO el segundo jefe de la División Sustracción de Automotores, Javier González. El operativo trasladado a las calles de la ciudad apunta a conocer las características de los vehículos que se comercializan en las agencias. “No todas las agencias están habilitadas, entonces también controlamos esto, para que sea un negocio lo más transparente posible para el común de la gente. Lo mismo hacemos en las agencias manejadas por gitanos”, detalló el funcionario policial. El objetivo de la inspección es que no haya adulteración en el motor y el chasis de los vehículos. También son alcanzados por el control aquellos automóviles que tengan algún pedido de secuestro.

 

“A veces, el pedido puede ser civil o comercial, por alguna deuda. Estos autos también se controlan y son sacados de circulación de la vía pública”, consignó González.

 

Uno de los datos salientes es que durante el fin de semana la dependencia detectó circulando por las calles 38 automóviles que carecían de documentación  o cuyos conductores no tenían carné.

 

Anomalías

 

Entre las anomalías más comunes verificadas por el personal de la repartición aparecen la falta de una buena identificación del número del motor, por factores externos o por el paso del tiempo, lo que obliga a las autoridades a solicitar que se haga una nueva numeración.

 

Desde la dependencia también dejaron al descubierto algunas maniobras: “A veces los gitanos suelen adquirir vehículos con un número de chasis y luego le colocan otro motor que había sido dado de baja de otro vehículo. Ahí ya se nota la adulteración”.

 

Sobre las marcas y modelos de automóviles que generalmente presentan irregularidades el subcomisario nombró a algunas, siendo varias de ellas las más elegidas en el mercado de los usados.

 

“Está el Fiat Duna, el Renault de modelos 80 y 90, además del Peugeot 206 que tiene algún tipo de reventa”, enumeró. Los automóviles retenidos son puestos a disposición de la Fiscalía en turno. El trámite continúa cuando el fiscal solicita un perito mecánico, para realizar un revenido químico a cargo de Criminalística, para que pueda salir a la luz el número original del motor. “Mediante ese sistema se puede determinar qué número de motor coexistió debajo del otro”, señaló el funcionario.

 

Las motos, también están bajo la lupa

 

Las motos que circulan por las calles de Paraná también son objeto de controles y verificaciones por parte del personal de la División de Sustracción de Automotores. “Quedaron muchas motos robadas y han querido limar el número del motor para no identificarla”, aseguró el subcomisario González.

 

Explicó que las motocicletas con estas características son generalmente detectadas en la vía pública. “Se recomienda a la ciudadanía asistir a la planta verificadora antes de realizar la compra de un vehículo usado”, sentenció González.

 

Consultada por esta problemática la titular de la División 911, Alejandra Berón, manifestó: “Todos los días realizamos controles y operativos de identificación de personas y motovehículos”. La funcionaria policial confió que a la misma tarea están abocados personal del GIA, de la División Bancaria y de Sustracción de Automotores. “Los resultados pueden variar, dependiendo de la repartición que actúe. Por ejemplo, la semana pasada se secuestraron dos motos”.

 

Los controles tienen como objetivo fundamental contrarrestar la acción delictual, entre los cuales pueden encuadrarse los robos, adulteraciones de motor y chasis de autos y motos, entre las principales irregularidades detectadas.

 

Advierten sobre la presencia de acoplados a la vera de la ruta 11

 

El tramo ensanchado de la vieja traza de la ruta provincial 11, que ocupa los 300 metros entre la rotonda de la unión vial y el casco urbano de Victoria, se ve casi todas las noches ocupado por una decena de acoplados estacionados. El hecho afecta no solo a los emprendimientos turísticos ubicados en la zona, ocultando su presencia a quienes circulan por el lugar, sino también exponiendo a quienes se detienen a comer o se hospedan allí, a salir a la ruta con la visibilidad totalmente obstruida.

 

Los propietarios de esos locales advirtieron en varias oportunidades sobre la complicación que genera a la seguridad en el tránsito el estacionamiento de camiones de gran porte en la zona, no solo en días y horarios de restricción al tránsito pesado.

 

Durante buena parte de la mañana de ayer esa zona, principal vía de acceso a la ciudad de Victoria desde Rosario, se vio afectada por las maniobras de estacionamiento y enganche de los camiones que van a retirar los acoplados.

 

Esperando una solución

 

Se trata de una situación que todavía no ha encontrado solución en esa localidad. Más allá del encendido reclamo de los vecinos y los emprendimientos afectados de la zona, las autoridades no han dado ningún tipo de respuesta.

 

La falta de visibilidad que representa la presencia de tamañas unidades significa un potencial peligro para aquellos que circulan por el lugar, ya sea peatones o vehículos, sin importar el horario en que se produzca la maniobra.

 

Los diferentes sectores entienden que la intervención de alguna repartición estatal competente podrá evitar futuros accidentes