Derrumbe de la Cooperativa: “Queremos verdadera justicia”

Derrumbe de la Cooperativa: “Queremos verdadera justicia”
Los hijos de José Silva insistieron en la inocencia de su padre al asegurar que él no participó en la construcción del edificio que colapsó, que no tenía los conocimientos para advertir un posible derrumbe y que tampoco tomaba decisiones en la obra.
“No vamos en contra del pedido de los familiares, pero verdadera justicia significaría que mi papá quede libre”, destacaron.

José Alfonso Silva fue uno de los tres detenidos -junto a Néstor Guerrero y Alberto Diez- a pocos días del derrumbe en el supermercado la Cooperativa Obrera, en el que murieron siete personas. El lunes la Cámara de Apelaciones le negó la posibilidad de excarcelación y el pedido de cambio de carátula -de estrago doloso a culposo- interpuesto por la defensa oficial, a cargo de Raúl Caferra y Pedro Teleriarte. “Haber llegado a esta situación nos parece algo bochornoso porque en muy poco tiempo pasamos de la angustia porque pensamos que mi papá había muerto en el derrumbe de la Cooperativa, a que la justicia lo considerara uno de los tres culpables de los siete muertos”, expresó José Silva, el hijo mayor del albañil señalado como capataz por el expediente judicial. Silva había estado hasta las 18:15 trabajando sobre la losa que se derrumbó.

José (h) junto a su hermana Carolina hablaron por primera vez con los medios, después de conocer el fallo de la Cámara para aclarar los fundamentos de la defensa, reclamar la libertad de su padre y exigir “verdadera justicia” para los familiares de las víctimas. En principio indicaron que Silva no era capataz, que solo tenía algunas funciones adicionales como las de solicitar materiales faltantes, rendir asistencias y pedir más personal. “Era un albañil como cualquiera de sus compañeros, trabajaba a la par de ellos y por ser experimentado y un tipo de confianza le dieron esas tareas, y unos mangos más por mes, ganaba 500 pesos por quincena más que el resto de los obreros. Queremos que se lo deje de llamar capataz”, explicó su hijo.

Los jóvenes explicaron que uno de los motivos que los llevan a defender la inocencia de su padre es que él no participó de los trabajos de la obra que colapsó (el edificio del supermercado) y que sólo lo llamaron para realizar tareas de terminaciones cuando toda la estructura ya estaba hecha. Por eso, hicieron hincapié en que su padre no podía saber cómo se hicieron las columnas y las vigas que colapsaron. Además, sostienen que Silva lo que sabe de

albañilería lo sabe por su experiencia, que no tiene ninguna preparación técnica (apenas finalizó sus estudios primarios) que le hubiese permitido evaluar fallas en el material, y menos aún advertir un posible colapso de la obra sobre la que él mismo trabajaba. “Yo trabajé como ayudante de albañil en las terminaciones de la Cooperativa, si él se hubiese representado la posibilidad de colapso, como dicen, entonces hay que pensar que quiso arriesgar la vida de su propio hijo”, afirmó el hijo.

José y Carolina negaron una relación de amistad entre su padre y Guerrero (el dueño de las obras). Sí aseguraron que trabajaban juntos hacía diez años y que existía una relación de confianza por ser (Silva) “un tipo honesto que no se robaría ni un clavo”. En este sentido, sostuvieron que “acá además hay una cuestión de clase: ningún obrero es socio o amigo de su patrón, porque en esa relación la jerarquía no se borra”.

En cuanto a los conocimientos y posibles advertencias que podría haber realizado Silva, sus hijos explicaron que “se lo está culpando por no haber advertido, por su experiencia como albañil, las supuestas fallas que se veían en el material”. Sobre esto uno de los puntos de peso en la causa es la declaración de un empleado de la Cooperativa sobre un recorrido que hicieron en el supermercado un día que Silva bajó -a pedido de Guerrero- a arreglar unas placas de durlock que se habían caido luego de las fuertes lluvias. “La querella hace hincapié en que en ese momento mi papá vio una fisura, pero él dijo en la indagatoria que lo que vio fue un descascaramiento, fue en la parte de la columna donde había un matafuego y lo relacionó con eso, pero pensar que tendría que haber pasado de ver eso a imaginarsela posibilidad de colapso es desmedido”, cuestionó José (h).

El juicio y la justicia

“Queremos aclarar que no vamos en contra del pedido de los familiares, pero creemos que dentro del reclamo de justicia debería haber una consigna que fuera verdadera justicia. No cárcel al primero que se nombró, cárcel a quien caiga. Porque verdadera justicia significaría que mi papá quede libre. Si la justicia neuquina mete en cana al albañil que trabajaba arriba yo no se de que justicia estamos hablando, y no está implicado ninguno de los funcionarios municipales que tenía a cargo el control de las obras, ni el tipo que hizo los cálculos de esa estructura y que trabajaba como ingeniero cuando no lo era”, criticó José, el hijo mayor de Silva. Agregó que el supermercado tenía encargados de seguridad industrial y que por el momento no hay más imputados en la causa.

“Él puso confianza sobre esa estructura, confianza que le dio el propio arquitecto (Diez). Él no tenia poder de decisión”, sostuvo.

La familia de Silva esperaba que la Cámara resuelva al menos la excarcelación, pero tendrá que esperar -al igual que el resto de los imputados- el inicio del juicio en la cárcel. “No podemos no tener esperanza en la instancia de juicio. Mi papá todo este tiempo ha recibido llamadas de apoyo de muchísima gente, porque todos los que lo conocen están convencidos de su inocencia y porque es un tipo intachable, que sólo laburó para el bien de su familia”, remarcaron José y Carolina.

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