Precisamente en el Día de Reyes, los chicos del barrio “Las Campanillas” recibieron un regalo que difícilmente vayan a olvidar.
Siempre es necesario, en casos como éste, que haya alguien que dé el puntapié inicial, uno o varios que crean que es posible, mediante el trabajo en común, el apretar de timbres y las pacientes esperas, lograr un objetivo en común. Más cuando se trata de algo sencillo, necesario y deseado por toda la comunidad, como lo ha sido esta plaza que llevará el significativo nombre de “Los Derechos del Niño”
El Diario desde el mismo comienzo, fue reflejando en sus páginas lo que iba sucedienco en la placita. Fuimos al lugar cuando lo único que había en el terreno eran los arcos y bancos ya mencionados y algún yuyal. Estuvimos cuando comenzaron a colocarse los juegos, luego al plantarse los primeros postes para el alambre perimetral y, por supuesto, también ayer en la inauguración oficial.
Convocados para las 19, a esa hora comenzaron a llegar los primeros vecinos, la mayoría madres con sus pequeños y seguidas por los infaltables perros que, de todo tamaño y color y en cantidad abundante, son una de las características del barrio.
Apenas pasadas las 19:30, con la llegada del intendente Carossi y miembros de su gabinete, entre los que se visualizó a Norma Carbone y Diego Gallardo más el presidente el HCD, Daniel Depauli, comenzó el acto inaugural; Ana Bramajo convocó desde el micrófono a los vecinos que se fueron acercando a la tarima que se había montado casi en el centro del predio, hizo una reseña de lo actuado hasta el momento y destacó la importancia que el acto tenía para todo el barrio. Luego convocó a Pablo Suárez, presidente de la Comisión Vecinal, que muy emocionado agradeció a todos los que ayudaron a concretar esta primera etapa de la placita; le siguió en el uso de la palabra una de las mujeres integrantes de la misma comisión que habló en nombre de las madres y cerró el intendente municipal quien estuvo muy sobrio al reconocer que no era el trabajo del municipio lo que había posibilitado lo que se dejaba inaugurado, sino el trabajo mancomunado y constante de todos los vecinos, razón por la que, sostuvo, era él quien les agradecía por todo lo construido.
Hecho esto, el intendente, sus funcionarios y los vecinos, se dirigieron hasta la entrada de la plaza donde a escasos metros del pórtico, se había erigido el monolito sostén de la placa inaugural que esperaba ser descubierta y que lo fue por manos de Carossi, Suárez y Norma Carbone.
El humo de los chorizos asándose, los vasos de jugos y gaseosas repartiéndose entre los presentes y la algarabía de los chicos en los inflables, toboganes y hamacas cerraron una tarde que para los vecinos resultó un hito en sus vidas. Tal vez tanta emoción palpable se debiera a que habían logrado algo entre todos, a que se los tuviera en cuenta ya que el barrio, tantas veces postergado, reconocido ésto por el mismo intendente, esta vez no lo había sido.
Las fotos que acompañan estas líneas, muestran los diferentes momentos que en ellas hemos relatado.
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