Hace unos días se conoció que el gobierno provincial destruyó una importante cantidad de armas y al mismo tiempo envió otro tanto para el mismo fin al Registro Nacional de Armas (RENAR), que habían sido incautadas por la policía o canjeadas mediante el plan de desarme. En nuestro departamento se hace un importante decomiso de armas de fuego y de otras características, las cuales son enviadas a la capital provincial.

Para conocer más detalles, desde nuestro diario consultamos a Ana María Braojos, secretaria de la Oficina de Secuestros local, dependiente de la Oficina Administrativa de la Suprema Corte de Justicia, quien nos informó: "En San Rafael se decomisan anualmente alrededor de 70 armas de fuego, más una importante cantidad de armas blancas y municiones. Todo ello se recibe aquí y se custodia en Mendoza capital, ya que se hace un viaje por año con las armas decomisadas, las cuales van a parar al Registro Provincial de Armas (REPAR)".

Y agregó que "junto con cada arma va la fotocopia del decomiso del juez. En el REPAR se hace un expediente que luego se entrega al RENAR, donde se procede a su destrucción". Según establece la Ley de Decomiso Nº 6.816 en su Artículo 6 Inciso C, las armas hay que fundirlas, proceso a cargo del RENAR. Cabe señalar que todas estas armas decomisadas han sido utilizadas en diferentes delitos.

Diario San Rafael también dialogó con el doctor Raúl Vicchi, Coordinador de Políticas Públicas del Poder Judicial de la provincia, quien nos informó respecto a la destrucción de armas efectuada hace unos días. "Hacía alrededor de diez años que el RENAR no recibía armas desde nuestra provincia. Se enviaron alrededor de 4.000 armas de fuego y cerca de 6.000 armas impropias (tumberas, aires comprimidos, y otras), que son las que se destruyeron", señaló.

Como se mencionó, en nuestro departamento se decomisan por año alrededor de 70 armas de fuego, aproximadamente tres cajones de armas blancas y también municiones. Todo ello se envía una vez por año a Mendoza en cajones bajo llave, con número de secuestro correspondiente y con custodia policial. Dicha custodia, más cámaras de seguridad, también se realiza en la capital provincial. Cabe señalar que las municiones se entregan a la Oficina de Arsenales del Ministerio de Seguridad provincial.

La Oficina de Secuestros local es la encargada de realizar el pedido de decomiso a los diferentes Juzgados sanrafaelinos. "La última entrega que se hizo de aquí al REPAR fue el 26 de octubre del año pasado, oportunidad donde se enviaron 64 armas de fuego (39 cortas y 25 largas), más armas blancas y municiones", contó Ana María Braojos, quien agregó que "en lo que va del año ya se llevan decomisadas 41 armas de fuego".

Asimismo, es preciso recordar que el 30 de septiembre de 2010 se hizo la última fundición en San Rafael, de 62 rifles de aire comprimido y también varias armas blancas.

Todos estos procedimientos tienen el único fin de "sacar las armas de circulación y profundizar el combate contra el delito", de acuerdo a lo que señaló el doctor Vicchi. Los planes de desarme y el decomiso de armas aportan un beneficio para toda la sociedad, ya que contribuyen a que la comunidad corra menos riesgos.

Desarme y destrucción

Desde hace un tiempo, Mendoza adhiere al Programa Nacional de Entrega Voluntaria de Armas de Fuego con el objetivo de avanzar en la destrucción de las mismas y proteger a la sociedad. La ley que regula esto fue sancionada a nivel nacional en 2007 y desde ese momento más de 107.761 armas y 774.679 municiones han sido sacadas de circulación en todo el país.

Este plan nacional de desarme voluntario es anónimo y a cambio se otorga un incentivo económico. Lo que se busca es disminuir la cantidad de armas de fuego en manos de civiles para reducir accidentes y delitos y promover la cultura de la no violencia.

Hace unos días, la destrucción de armas hecha en nuestra provincia tuvo lugar en un taller industrial, mediante una prensa hidráulica. Los residuos fueron colocados en tachos que luego fueron sellados y trasladados al depósito judicial.

Por su parte, la destrucción de armas de fuego en Buenos Aires se realiza en la localidad de Campana y se utiliza un método que las destruye por completo. Son desintegradas en pequeñas partes que luego son separadas por un proceso de imantación en el que se distingue lo ferroso, que luego es entregado a la Fundación del Hospital Garrahan en Buenos Aires.