Está instalado en Villa Giardino desde 2008 con su familia y sólo vuelve a Buenos Aires cuando la ficción lo reclama.
Pero las vueltas de la vida hicieron que este galán porteño radicado en las sierras de Córdoba pasara por los oficios más variados y comenzara a forjar su faceta de emprendedor: fue chofer, preceptor y bancario; trabajó en una empresa de cimientos, fabricó relojes y hasta vendió llaveros, medias y ropa interior.
A los 46 años, Damián maneja a la perfección las dos cosas que mejor sabe hacer: actuar y administrar su propio negocio, y reparte sus días entre Buenos Aires y Villa Giardino, donde hace 6 años se instaló definitivamente con su mujer Vanina y sus dos hijos, Joaquín (11) y Camilo (8).
–Sos porteño, pero dividís tus semanas entre Capital Federal y las sierras, ¿cómo haces para mantener ese ritmo?
–Yo en realidad vivo diez meses acá y dos o tres meses en Buenos Aires, estoy yendo menos. Tomo algunos trabajos que por ahí me llevan 13 capítulos de un programa o una miniserie. Me subo al micro los domingos a la noche y estoy lunes, martes, miércoles y jueves. El jueves estoy pegando la vuelta y viernes, sábado y domingo estoy acá.
El resto del año Damián se dedica a su familia y a atender el complejo de cabañas que tiene desde 2002 junto a su esposa en el barrio Los Quimbaletes de Villa Giardino. Los visitantes de las cabañas “Umbral del Sol”, como ellos las bautizaron, no sólo gozan del hermoso paisaje del valle de Punilla, también se sorprenden cuando el actor limpia la pileta o les prepara el desayuno.
–¿Cómo llegaron al proyecto de las cabañas?
–Nosotros en el año 2000 nos quedamos embarazados del primer gordito, vinimos con el embarazo porque Vanina tenía muchas pérdidas y un porcentaje muy alto de perder el bebé y entre perderlo allá o acá, yo prefería acá. Conocía a Giardino por la Asociación de Actores. También tenemos un par de amigos que se habían venido a vivir por el valle: La Cumbre y La Falda. Entonces vivencié mucho lo que era el lugar y nos encantó. Llegamos acá y Vanina no tuvo ni una pérdida más y nos fuimos con una panza de cuatro meses. Entonces dijimos vamos a comprar algo acá, vamos a hacer nuestra vida acá. Lo usamos como excusa para que fuera nuestro lugar.
–¿Por qué eligieron esta actividad?
–Los dos nos dedicamos a una profesión: Vanina es bailarina y yo actor, por vocación. Lo mejor que nos podía pasar era tener contacto con la gente, hacer algo que nos diera la posibilidad de vivir de lo que nos gustara.
–¿Es verdad que las construyeron ustedes mismos?
–Sí, claro. Por ahí la gente cree que uno señaló con el dedo, pero acá laburamos 300 metros de sangría, llenamos lozas, sacamos ladrillos y armamos hormigón. Estuvimos en todo el proyecto.
–¿Qué hay de cierto en lo que se dice que en las cabañas hay buenas vibras?
–Córdoba en general tiene una energía especial, sobre todo en las sierras. La gente viene a descansar y pone lo mejor de cada uno. No sé si será por el cuarzo, por el aire puro o por la vista; Córdoba es muy especial. Cuando das este tipo de servicios para mí es un gran acto de amor, la gente lo devuelve con una nota en nuestro libro de agradecimientos y quejas… y de quejas todavía está vacío, por suerte.
–¿Córdoba fue desde el principio un destino que te interesó para instalarte con tu familia?
–No. Mis abuelos fueron fundadores de un pueblo de la costa, asique toda mi vida la tuve en la costa. Para mí la costa es hermosa, no es para vivir, pero es hermosa.
–Y ahora, ¿cambias ese lugar de la costa por Villa Giardino?
–Para vivir sí. Me parece que la costa lo que tiene para ofrecer desde abril hasta septiembre es bastante chato. Prefiero las sierras, prefiero el aire de las sierras que cambia constantemente.
En pantalla. La última vez que lo vimos en pantalla fue en el año 2010, cuando interpretó a Carlos Gardel en el unitario Lo que el tiempo nos dejó, días antes de la muerte Romina Yan, su amiga y compañera en varias tiras. Hoy analiza una propuesta para hacer un programa vinculado a la cocina, y para la actuación se reserva alguna que otra sorpresa.
–Con respecto a la actuación, ¿te estás desligando de esa parte de tu vida?
–No, yo sigo trabajando, sigo siendo actor, pasa que se dosificó el trabajo porque hay una edad para todo. Hay una edad para trabajar de cualquier cosa y hay una edad para trabajar de lo que se tiene ganas. Estoy en esa etapa. Ahora cuando hago un proyecto lo hago porque me convence el guion, porque me convence el elenco, porque me gusta la idea, entonces hago el esfuerzo de viajar a Buenos Aires para hacerlo. Pero no me alejé de la profesión para nada, al contrario, creo que estoy más cerca que nunca, con más ganas y con más profesionalismo. Como puedo tomar distancia de la profesión creo que la puedo desarrollar mucho mejor. Nunca me desesperé por trabajar mucho, sino por hacer las cosas bien, hacer poco y manejable.
–¿Pensaste alguna vez en meterte en el circuito actoral cordobés?
–Hay un productor que me acercó un guion, que tiene ganas de hacer teatro acá y le dije que sí. Miramos el material y yo me enganché para hacer teatro en Córdoba, por el interior y la ciudad.
–¿Nos podes adelantar cómo te vamos a ver?
–En Córdoba, en teatro y en la segunda mitad del año. Con actores cordobeses vamos a hacer algo seguro, mezclado con algunos de Buenos Aires que residan acá.
Pero hasta que le toque volver a ponerse el traje de actor, Damián mantiene su bajo perfil en las sierras de nuestra provincia.
Más de 20 años de carrera
»Su primer aparición en la pantalla chica llegó en 1993, haciendo papeles menores en las novelas “Zona de riesgo, “Princesa”, “Canto Rodado” y “Mi cuñado”. »En 1997 debutó en la gran pantalla interpretando a Sebastián, en la película “La Furia”.
»En 2001 llegó su primera nominación al Martín Fierro como “mejor actor de reparto” por su papel en la exitosa serie de Canal 13 “22, el loco”. Un año después fue nominado por sus participaciones especiales en las tiras “Tiempo final” e “Infieles”. En 2004, la nominación se repetía, pero por su trabajo en “Locas de amor”.
»Por su actuación en la novela “Amor mío”, tira que protagonizó junto a su amiga Romina Yankelevich, fue nominado al Martín Fierro en la terna “actor protagonista de novela” en el año 2008.
»La estatuilla de “mejor actuación” llegó en 2010, cuando ganó un premio Tato por su protagónico en “Botineras”. Un año antes fue candidato a “mejor actor protagonista de novela” por el mismo papel.
»En cine participó de importantes producciones nacionales.
Perfil
»Nombre: Damián De Santo Telechea.
»Profesión: actor. Junto a su mujer es dueño y administra un complejo en Villa Giardino.
»Nacido: 12 de junio de 1968.
»Lugar: Capital Federal.
»Casado con: Vanina Bilous.
»Hijos: Joaquín y Camilo.
»Vive en Villa Giardino, Córdoba.
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