Los pilotos recorren 699 kilómetros por el exigente desierto de Atacama. Ponen a prueba su capacidad de navegación y deben sortear los riesgos de estancamiento
La etapa, que tiene un total de 699 kilómetros, de los cuales 349 serán cronometrados, une a las cuatro categorías, tal como ocurrió en todo el territorio chileno y es la última en el desierto de Atacama.
Lejos de tratarse de una jornada sin grandes sobresaltos después de un Dakar extenuante y el más difícil de los disputados en Sudamérica, según los principales protagonistas, se trata de una etapa complicada en la que los pilotos vuelven a enfrentarse a las dunas del desierto de Atacama por última vez, al menos este año.
Será entonces en el último tramo de la especial, antes de llegar a La Serena, donde los competidores se jugarán las últimas fichas en el ancho cordón de dunas que espera sobre el final.
Justamente será en ese lugar donde la navegación y los riesgos de estancamiento podrían jugar un papel decisivo.
La largada fue desde el mismo vivac de El Salvador y la primera moto partió a las 8:15; el primer auto a las 10:18 y el primer camión a las 12.
Comentá la nota