Crimen en Merlo: “Me mandé una macana... te dejé un muerto atrás”

Crimen en Merlo: “Me mandé una macana... te dejé un muerto atrás”
Por Liliana Caruso

El mensaje de texto se lo envió un hombre, ahora prófugo, a su mujer. En la casa hallaron el cuerpo de un remisero.

Ocurrió el domingo a media tarde, cuando una vecina de Merlo recibió un mensaje de su marido en su celular: “Me mandé una macana, te dejé un muerto atrás” , decía. Esa mujer –le aseguró después a la Policía–, vio entonces que había un movimiento de tierra en el fondo de su casa y lo fue a contar a la Comisaría.

Quedó detenida .

Es que apenas un rato antes un grupo de remiseros había ido a la misma seccional, preocupados por un compañero, Juan Roberto Cambel Ortiz (63). El remisero había hecho un viaje el sábado a la tarde justamente hasta esa casa, ubicada en Gorriti 450, y después desapareció . En ese lugar, la familia había dicho que no sabía nada del tema.

Lo cierto es que más tarde, cuando la Justicia allanó la casa, encontró el cadáver de Cambel Ortiz dentro de un profundo pozo. Tenía un corte en el cuello y golpes en la nuca , dados aparentemente con un caño de pileta, según contaron voceros de la investigación a Clarín . El cuerpo del remisero desaparecido estaba efectivamente en el fondo de la casa, cubierto con cal y piedras .

El hombre que había pedido el remís para llevarlo hasta allí era el marido de la mujer que al otro día fue a hacer la denuncia policial. Ese hombre –que se llamaría Damián y para los investigadores sería el autor del crimen– anoche seguía prófugo.

“Mi abuelo era un hombre trabajador, adorable. Lo único que hacía era trabajar y ayudarnos a nosotros. Es injusto que le hicieran esto. El que lo hizo se tiene que pudrir en la cárcel”, le dijo ayer a Clarín Gisel Franco, la nieta de la víctima.

Los investigadores tratan de determinar aún cuál fue el móvil del crimen. La familia de la víctima y los remiseros creen que a Cambel Ortiz le quisieron robar el auto y se resistió, y que por eso lo mataron. También creen que, además de “Damián”, podría haber otras personas que la víctima habría reconocido.

Sin embargo, hay varios aspectos poco claros del caso y por eso la Policía no descarta que pueda haber otras motivaciones.

Más allá del móvil, cuando los vecinos se enteraron de que el remisero había sido asesinado y enterrado de esa forma en el fondo de la casa, se enfurecieron y fueron directamente a prenderle fuego al auto del sospechoso , un Fiat Duna que estaba en la puerta.

Según fuentes policiales, la macabra historia comenzó el sábado cerca de las cuatro de la tarde, cuando un pasajero que en la remisería La Nueva de Merlo no conocían, pidió ir hasta el barrio Nueva Pompeya. El pasajero era el tal “Damián”, ahora buscado. Allí dio la dirección a la que quería ir, dijo, para buscar un televisor y llevarlo hasta otro lugar.

“En ese momento había dos autos para salir. Y el turno era el de Juan . Podría haber sido cualquiera y no teníamos idea de quién era ese hombre”, explicó Gabriel Amorín, dueño de la agencia de remises. El viaje era a unas 20 cuadras. Después, ya ninguno de sus compañeros volvió a ver a Juan.

Al llegar a la casa de Gorriti, una vecina –que ayer se había ido de su casa por temor– vio que el remisero entraba a la vivienda con el presunto autor del crimen y otro hombre más . Comentó no haber escuchado discusiones ni peleas, aunque la Policía no descarta que la víctima pudo haber estado amenazada.

En el medio, la familia del remisero hizo la denuncia porque en la remisería llamaban al chofer y su teléfono no contestaba .

“Salimos a buscarlo porque sabíamos adónde era el viaje. Y en el trayecto encontramos el auto de Juan, un Renault 9, a una cuadra y media del destino al que iba. Estaba con las puertas cerradas, los papeles y el celular adentro y no tenía ningún signo de violencia. Fuimos a la casa del sospechoso, y cuando estábamos cerca el hombre, que estaba en la calle, apenas nos vio salió corriendo entre las casas . No lo pudimos alcanzar. Eso nos hizo pensar que algo malo pasaba . Queríamos entrar, pero apareció la mujer con varios chicos y entonces no hicimos nada”, contó a Clarín Claudio, otro remisero compañero de la víctima.

Según contaron los vecinos, el hombre que escapó había estado pidiendo tierra y cal a otros vecinos. Les dijo que tenía que “armar unos canteros”.

“A nosotros nos dicen que este hombre (el prófugo) había trabajado en una remisería de Lanús y lo habían echado porque había tenido varios problemas. Y ahora hace esto. Acá no pueden desconocer lo que pasó. El problema es que queríamos hacer la denuncia y en la Policía nadie la quería tomar porque dicen que tienen que esperar 24 horas”, comentaron los remiseros.

Al cierre de esta edición, los investigadores de la Policía seguían buscando al sospechoso.

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