En el último año, en Salud Pública pasaron de 60 a 85 las personas que acceden a estos procedimientos gratuitos.
En un año, los tratamientos gratuitos de hormonas destinados a travestis aumentaron 42% y en Salud Pública apuntan a seguir creciendo, pues afirmaron que permiten evitar tragedias como la de Yésica Bloom, travesti que se colocó silicona industrial en sus glúteos y falleció el martes pasado en el Hospital Rawson. La denominada ‘hormonización’ para darle características femeninas a cuerpos de hombres está garantizada por la ley 26.743 de Identidad de Género y en San Juan se brinda en los Consultorios de Diversidad Sexual. De todos modos, desde La Glorieta (organización local de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans) y desde la Asociación de Travestis, Transexuales y Transgéneros de Argentina (AAAT) pidieron más acceso a las políticas de salud.
Sandra Basso, responsable del Programa Provincial de Sida y a cargo de los Consultorios de Diversidad Sexual, informó que entre enero y mayo de 2014 brindaron el tratamiento integral hormonal a 60 travestis, mientras que en lo que va de este año ya son 85 (sólo en el Hospital Rawson hay 68 casos).
Los tratamientos hormonales generan cambios físicos como aumento de senos, disminución del tamaño de testículos y próstata, y aumento del tejido graso debajo de la piel, principalmente en caderas, piernas y glúteos, entre otros. La duración depende de cada cuerpo, pero puede extenderse a dos años. De todos modos, algunas personas optan por someterse a prácticas clandestinas, como la inyección de aceites industriales, que pueden ser letales, como pasó con Yésica.
‘En los Consultorios de Diversidad Sexual también hacemos los tests de VIH y empezamos a gestionar las cirugías de cambio de sexo. Sabemos que falta, pero hemos avanzando bastante’, dijo Basso.
Los primeros cuatro turnos para cirugías de cambio de sexo son de varón a mujer y fueron solicitados en 2014, pero tienen fecha para dentro de un año y medio, en un hospital de La Plata.
‘Necesitamos que la comunidad trans (engloba a travestis, transexuales y transgéneros) acceda a una salud pública integral y no sólo a un espacio donde se dan hormonas y se hacen testeos. Conozco los consultorios amigables de San Juan y ahí no trabajan trans, por ejemplo. Es decir, no hay una visibilización trans y no se trabaja entre pares, una circunstancia que puede ser clave para llegar a más personas’, le dijo a este diario Marcela Romero, presidenta de AAAT.
‘El problema es a nivel nacional. A casi tres años de la ley de identidad de género, apenas se hicieron 10 operaciones de cambio de sexo en el país y hay 800 trans en lista por un turno. Por eso es que pedimos que al menos exista un hospital por región que sea referente en este tipo de cirugías’, indicó Romero.
Por su parte, Soledad Pérez, de La Glorieta, apuntó que gestionan hacer una campaña de concientización para difundir los tratamientos hormonales gratuitos y evitar que la comunidad trans siga recurriendo a la inyección de siliconas industriales para modificar sus cuerpos.
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