Corazón vailiente

A pesar de haber estado lejos de tener un buen debut, Atenas mostró mucho amor propio y terminó dando vuelta un juego increíble. Sobre el cierre acertó más y venció a La Unión por 77-75.

Todo aquello que preocupaba a Gustavo Miravet de este Atenas en su fase de preparación, quedó desnudo anoche. Razones tenía para estar intranquilo. De todos modos, con mucho amor propio pudo terminar de dar vuelta una historia que parecía estar echada 10 minutos antes del final. Apareció la figura de Kyle Lamonte, hizo todo eso por lo cual lo trajeron, no le pasaron ni quemaron las últimas bolas y el Verde festejó.

Fue 77-75 sobre La Unión, con mucho susto.

No marcó ni con tiza. Así, en pocas palabras se puede resumir lo que hizo Atenas en la primera mitad de un partido que costó ver. Adelante no pudo anotar y atrás no paró a nadie. Le costó mucho. Erró a la hora de correr y también se complicó en el juego estacionado (perdió 8 balones). En definitiva, no dio respuestas y fue La Unión el que aprovechó y sacó réditos de la prolongada laguna que mostraron los de Gustavo Miravet.

MVP

Kyle Lamonte: apareció en el momento oportuno y demostró por qué lo trajeron. No le pesó la responsabilidad. Terminó con 18 puntos, 5 rebotes, 2 asistencias en 29 minutos.

En el primer cuarto, apenas dos bombas de Luciano González y algo de Juan Manuel Torres que llegó desde la banca dieron alguna solución. El estreno anotador de Kyle Lamonte se produjo recién 20 segundos antes del cierre, con apenas un tiro libre para poner las cosas 15-15.

Mientras que en los segundos diez, un gran arranque del otro debutante, Mauricio Corzo (2 triples) fue lo rescatable. Entre los formoseños, Alejo Konsztadt (13 -3/4 en triples-) Alexis Elsener (9) trabajaron a placer hasta sacar una máxima de 11 (38-27) y terminar ganando la mitad por 42-34.

Tras el descanso largo, el “Verde” pareció encontrar en el tándem Torres-Lábaque la solución. Ambos se combinaron casi a la perfección en ofensiva y permitieron que el verde se acercara 47-43. Pero así como hizo de bien las cosas en ese período, las hizo de mal en el resto. Volvió a desaparecer y los formoseños lo cachetearon hasta sacar una máxima de 65-51 y terminar quedándose con el segmento 65-53.

Para el cierre, la suerte parecía estar echada. Al griego no le salía una, y se ayudaba. Pero los minutos pasaron y con mucho amor propio demostró que no estaba muerto. Achicó de a poco y Lamonte clavó una bomba que puso todo 73-72 a poco más de 2’ y luego 75-74 con 1’05 para el final y también para el infarto. LoGrippo puso adelante a los cordobeses 76-75 y explotó el Cerutti. Lábaque alargó a 77-75 y en las últimas acciones los árbitros generaron polémica. Fue triunfo y gran forma para empezar, con confianza.

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