Como un pancho

Como un pancho
ESTUDIANTES 1 - LANUS 1: En su nueva versión mostaza, Estudiantes pudo quedar como único puntero: dominó, pero le faltó definir el partido. Lanús se avivó, tuvo una y no lo perdonó.
Es puntero. Y esto es lo que cuenta al final de la jornada. De todas maneras, desde los jugadores hasta el último hincha del planeta de Estudiantes deben haberse lamentado por el empate. Porque el Pincha lo tuvo, fue amor y señor de la pelota, tal vez hasta bajó un cambio porque vio que enfrente no pasaba nada. Un error. En esta versión mostaza, fue un pancho. Y Lanús, que había hecho muy poco, se lo empató de guapo, por un pelotazo al área. Increíble.

Y la bronca debe durar porque, nuevamente, Estudiantes había plasmado en la cancha ese famoso concepto de equipo, un ideal que persiguen todos los clubes, entrenadores, jugadores e hinchas. Fue interesante la facilidad que tuvo el Pincha, sobre todo en el primer tiempo, para ensamblar engranajes, para acomodar tuercas, para aceitar la máquina aun cuando le faltaran las piezas originales. "La Selección se llevó el corazón de Estudiantes", había dicho el DT. Sin Verón, Braña y Enzo Pérez, ese juego a un toque con una dosis de presión corría riesgo de extinción. No sucedió. Al contrario. Estudiantes se pareció al Estudiantes de siempre. Apenas tardó cinco minutos para acomodarse en la cancha y, luego, sacarle por completo el balón a Lanús.

En esa mini primavera, el team de Sabella encontró en Leandro Benítez el mejor reemplazante de Verón. Muy cerca de él, se ubicaron el chiquitín Núñez, velocista, imparable, que pecó de acelerado, porque si hubiese bajado un cambio seguramente habría hecho un descalabro mayor. Por ese sector derecho del ataque pincha, se gestó el mejor juego que se vio en la noche. De todas maneras, Carrusca también demostró movilidad e inteligencia: la mejor muestra fue el 1-0: tiro largo del arquero Taborda, Boselli-Carrusca-Boselli y el Chelo definió de zurda al primer palo. Una joyita del contraataque. Ojo, hay un tema para corregir con urgencia: Estudiantes volvió a ser el dueño de la pelota, pero no generó peligro en igual proporción. ¿De qué sirve tanta superioridad si no termina en la red?

Es probable que en Lanús se hayan percatado de esto. Porque luego de un arranque con una excesiva pasividad, salió a apretar un poquito. Mejoró Salvio, se desperezó la dupla de volantes centrales y, con el ingreso de Blanco y Aguirre, trató de empujar. Y, en una ráfaga fugaz, encontró el empate luego de un centro. Demasiado premio. Pero el fútbol es así, y Estudiantes, que había hecho pata ancha, se pasó de pancho. Y con mostaza.

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